La pintura de la artista y escritora Cristina Orsatti: “La respuesta al llamado”, nos permite apreciar el realismo de la imagen, donde un perro de la raza doberman gira su cuerpo, cuyo movimiento obedece al llamado, que toca la atención del animal, pero también, de quienes tienen la posibilidad de detenerse a observar la obra.
“Es el el perro de mi hermano” dice con simpleza Cristina, después de haber dedicado horas y días en la tela.
El perro claramente está tranquilo, atiende el llamado, pero nada más que eso. Su mirada está fija en un punto y sus orejas acompañan la actitud de observación.
Los detalles del pelaje, la viveza de la mirada, permiten seguir disfrutando de la sutileza de un pincel, que puede dar vida, movimiento y texturas que parece se pueden palpar.
Es otro instante del realismo de una obra que abstrae, como si se tratara de una fotografía que está más allá de la luz.