Bullying: claves para la prevención desde el hogar

Por Lic. María Laura Lezaeta* –

Seguramente, muchos sean los interrogantes que las familias tengan cuando escuchan ya sea en los medios de comunicación, en conversaciones o reuniones sociales o bien, en la misma escuela a la que asisten sus hijos, sobre la problemática del bullying. Algunas de estas dudas que se les presentan giran en torno a las siguientes preguntas: ¿Cómo puedo darme cuenta si mi hijo/a es víctima de bullying? ¿Qué puedo hacer como mamá/papá para que mi hijo no agreda ya sea física o verbalmente a otros compañeros? ¿Qué acciones podemos hacer como familia para frenar este tipo de violencia?. 

En primer lugar, es importante poder diferenciar que no todo conflicto que puede generarse en las relaciones entre pares es bullying. De acuerdo al protocolo de actuación en situaciones de bullying de UNICEF el acoso escolar viola los derechos de los niños, niñas y jóvenes por ser un ejercicio de violencia con ciertas características:

  • Se da entre pares
  • Tiene la intención de causar dolor y sufrimiento
  • Es reiterado en el tiempo
  • Es dirigido a una persona o un grupo en particular
  • Hay una relación desigual o de desequilibrio de poder sobre una persona vulnerable
  • Las acciones tienen el objetivo de rebajar al otro poniéndolo en un lugar de inferioridad, para reafirmar la propia posición social o la autoestima. 

Resulta clave tener presente que la familia, es el primer contexto en donde los niños aprenden los valores, habilidades y actitudes que “marcarán” y guiarán cómo se relacionarán y desenvolverán con las diferentes personas de su entorno así como también en las situaciones sociales que se les presenten a lo largo de su vida. En este sentido, teniendo en cuenta que dicho ámbito es el cimiento sobre el cual los chicos aprenden valores, reglas y normas de convivencia, entre otras tantas competencias más, la prevención sobre esta forma negativa y asimétrica en la relación entre pares que se presenta en el bullying debe llevarse a cabo desde el hogar:

¿Y Qué podemos hacer entonces como familias para prevenir el bullying?

:: Transmitir y ser ejemplo de los valores del respeto, la empatía, la compasión y la tolerancia hacia los demás. Algunos mensajes concretos pueden ser: “No todas las personas somos iguales (ni tenemos por qué serlo), pero todas las personas tenemos los mismos derechos”; “A veces ganaremos y otras veces perderemos, pero siempre habrá algún aprendizaje en la experiencia”.

:: Practicar la habilidad básica de una buena comunicación compartiendo con ellos pensamientos y sentimientos. Si en el hogar se acostumbra a conversar acerca de cómo les fue en el día a cada uno de los integrantes de la familia, se crea un ambiente de confianza y comunicación. Esto permitirá que nuestro hijo/a se sienta seguro al momento de contarnos alguna situación de violencia que haya presenciado en su escuela. Es importante que en esos momentos, les manifestemos que toda conducta de hostigamiento físico y/o verbal hacia otra persona es inaceptable. 

:: Compartir como adultos nuestras propias experiencias de vida, ayudan directamente a que ellos aprendan otra valiosa habilidad social: ESCUCHAR. A través de escuchar y conectarse con lo que la otra persona comparte, se siembra la semilla de la COMPRENSIÓN. 

:: Manejar los desacuerdos que se dan inevitablemente entre los miembros de la familia sin reproches, gritos ni insultos. Poner en práctica estrategias para resolver situaciones de conflicto que sean asertivas.

:: Validar sus preocupaciones y emociones (no subestimar lo que les sucede y sienten). Cuando validamos lo que nos cuentan, aumentan las probabilidades de que ellos hagan lo mismo con otras personas y estén más capacitados de imaginarse lo que ha de sentir alguien a quienes ellos agreden.  Con esta actitud, les enseñamos una habilidad sumamente importante que es la EMPATÍA.

Es importante tener presente que el bullying no es un “tema de chicos”. Es nuestra responsabilidad como adultos responsables de su crianza y bienestar, acompañarlos y ayudarlos en el desarrollo de habilidades sociales que prevengan este tipo de violencia. En este sentido, lo más valioso que las familias podemos transmitirles a nuestros hijos es que se sientan queridos y valorados. Esta seguridad en sí mismos los ayudará a desarrollar las habilidades sociales necesarias para poder vincularse y construir relaciones sanas y positivas con sus pares y el día de mañana, en las relaciones que establezcan en los diferentes ámbitos de su vida.   

*Lic. María Laura Lezaeta es Psicóloga infantil, y co-fundadora de JUEGOlogía (@juegologia), donde desde hace varios años equipan a profesionales de la salud y padres con herramientas lúdicas y terapéuticas para trabajar diferentes áreas cognitivas, emocionales y sociales en niños.