Cris Miró, la gran vedette trans de los ‘90 que murió a la mítica edad de 33 años y en pleno auge tras haber revolucionado el género de la revista, es cada vez más “un ícono de la comunidad LGBT+” porque junto a su breve carrera artística, “nos dejó un discurso completamente adelantado a su época”, sostuvieron el autor de la biografía “Hembra” y el director de la miniserie “Cris Miró (Ella)”, Carlos Sanzol y Martín Vatemberg, respectivamente, horas antes del estreno.
“Hay algo de la de la fugacidad de su paso, combinada con la genialidad de algunas de sus expresiones que hacen la construcción de un ícono para una comunidad que necesita referentes que nos inspiren, más por tratarse de un colectivo históricamente relegado y hasta innombrado”, dijo a Somos Télam Martín Vatenberg, el director y coguionista de la serie que se estrena este domingo, en el Mes del Orgullo y a días de un nuevo aniversario de la revuelta de Stonewall.
“Cris tiene un plus: además de ser una referencia (para la comunidad LGBT+) es un lazo con la sociedad toda porque al decir ‘acá estoy, yo soy así, así me siento bien, así soy feliz’ de algún modo promovía el respeto, la empatía y una mirada bastante piadosa aún sobre los que la estigmatizan”.
Martín Vatenberg
Y esa capacidad de inspirar a otres, la conseguía a partir de “su manera de pararse frente al mundo” en una época de mucha violencia institucional y social por la vigencia de los edictos policiales que criminalizaban a la diversidad sexual y cuando faltaban todavía casi 30 años para que se sancionara la Ley de Identidad de Género.
“Pero Cris tiene un plus: además de ser una referencia (para la comunidad LGBT+) es un lazo con la sociedad toda porque al decir ‘acá estoy, yo soy así, así me siento bien, así soy feliz’ de algún modo promovía el respeto, la empatía y una mirada bastante piadosa aún sobre los que la estigmatizan”, agregó el cineasta.
Para el escritor y periodista Carlos Sanzol, “Cris fue una especie de prólogo a la Ley de Identidad de Género” sancionada en 2012 y de avanzada aún hoy a nivel mundial.
“Ella tiene una frase que repite bastante, y que se instala cuando la dice en el programa de Mirta Legrand, que es ‘Mi nombre es el que siento y es Cris Miró”. Y me parece que este discurso de autopercepción sentida estaba completamente adelantado a su época, estamos hablando de hace 30 años”, dijo a SomosTélam
“Creo que ése es el gran legado de Cris: reafirmar una autopercepción de género pero también la capacidad de poder vivir la libertad, que es una palabra que en este momento se está resignificando y de la que se habla bastante. Ella representa una libertad vinculada a vivir tu deseo más genuino, que es el ser”, agregó.
Protagonizada por la actriz trans española Mina Serrano, la miniserie se estrena hoy a las 22 en TNT -con entregas de un nuevo capítulo cada domingo- y mañana en Flow, con todos los capítulos disponibles.
“El gran legado de Cris: reafirmar una autopercepción de género pero también la capacidad de poder vivir la libertad, que es una palabra que en este momento se está resignificando y de la que se habla bastante. Ella representa una libertad vinculada a vivir tu deseo más genuino, que es el ser”.
Carlos Sanzol
Los ocho episodios de 30 minutos de duración están basados en la novela “Hembra, Cris Miró. Vivir y morir en un país de machos” de Carlos Sanzol.
“En 1995, Cris Miró fue elegida como la primera vedette trans de la revista del Teatro Maipo en Buenos Aires. Una sensual y ambiciosa Cris vio la oportunidad de presentarse al mundo como realmente se sentía. Dejó atrás su vida y un género que no la representaba y construyó su identidad como Cris Miró, una mujer magnética que logró, al calor de la fama, visibilidad y aceptación en la sociedad argentina. Sin embargo, un diagnóstico de HIV positivo sacudió sus planes y la llevó a maquillar su agonía para morir tan bella como vivió”, resume el comunicado conjunto de TNT y Flow por este lanzamiento.
“Cris Miró (Ella)”, la serie original de TNT y Flow producida por Nativa y EO Media, promete además ser “un viaje en el tiempo para redescubrir la estética, la coyuntura y el show business de la época”.
Tanto Vatenberg como Sanzol reconocen que Miró, más allá de su legado, no fue una activista LGBT+ en sentido estricto, ni se propuso serlo.
“Yo creo que el activismo tiene que ver con una decisión muy consciente y con una actividad que atraviesa la existencia de las personas, entonces Cris no es una activista per se. Pero sí creo que ella, que se veía antes que todo como un artista, en su desarrollo como tal representó mucho más de lo que ella consciente o inconscientemente se propuso dar como mensaje”, dijo Vatenberg.
“Me cuesta verla a ella como activista porque nunca se vinculó de esa manera directa, pero sí tuvo la posibilidad de ser el foco de las cámaras y entrar al hogar de las personas de mucha gente con su mensaje”.
Martín Vatenberg
Y para el cineasta, este mensaje fue no solo potente, sino “revolucionario”, porque si bien “ponerle el cuerpo, ocupar el espacio, es un acto revolucionario siempre”, lo más disruptivo en Cris es “que ella tenía siempre la certeza de que lo que ella sentía ser no estaba mal y que ella tenía tanto derecho como cualquiera de ocupar los espacios que deseaba en el ámbito público y profesional”
“Me cuesta verla a ella como activista porque nunca se vinculó de esa manera directa, pero sí tuvo la posibilidad de ser el foco de las cámaras y entrar al hogar de las personas de mucha gente con su mensaje”, dijo.
En concordancia, Sanzol apunta que “Cris no era como una militante ortodoxa, pero desde su arte, sus dichos, su exposición televisiva hacía su propia militancia, sin darse cuenta”.
Fuente y fotografías: https://somostelam.com.ar/