Protección de menores frente al acceso a pornografía en internet

Por Abogada Liliana Pizarro Martinefsky* –

El uso de herramientas tecnológicas ha provocado profundos cambios en la sociedad. En especial, son los adolescentes quienes utilizan Internet en su vida diaria para estudiar, socializar o descubrir nuevas aficiones. Podría afirmarse que también lo usan para informarse o dar respuesta a su curiosidad en temas vinculados con las relaciones, el amor o la sexualidad. Se trata de un interés creciente en esta etapa de desarrollo y el acceso a la Red, facilita la obtención de esta información.

Muchas son las dudas que invaden a sus progenitores acerca del contenido inapropiado o perjudicial que llega a los/las menores. Por lo que, el acceso de los menores a pornografía online es una de las preocupaciones más habituales para las familias. La gratuidad o bajo coste y el anonimato constituyen dos características claves a la hora de acceder a estos contenidos, aunque no todos los adolescentes lo hagan por curiosidad, ya que, en ocasiones, este acceso es de manera involuntaria o puntual. A pesar de que el Código Penal español, en su artículo 186, penaliza la difusión de material pornográfico entre menores, se afirma que en España el primer visionado de contenido sexual y/o pornográfico por parte de los menores se realiza en torno a los 12 años.

La organización sin fines de lucro, Save The Children, cuyo objetivo es la defensa activa de los intereses de los niños y las niñas, publicó en el año 2020 un análisis sobre el consumo de pornografía en adolescentes y el impacto en sus relaciones y su desarrollo, en el que participaron 1.753 chicos y chicas con edades entre 13 y 17 años. Dicho informe ‘(Des)información sexual: pornografía y adolescencia’, reveló que más de la mitad de los y las adolescentes que ven contenidos pornográficos se inspiran en ellos para sus propias experiencias y que para el 30% estos vídeos son su única fuente de información sobre sexualidad. Se señala que el peligro no es que vean pornografía, sino que su deseo sexual se esté construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficción. Muchos se inspiran en los contenidos pornográficos, algunos de ellos violentos y basados en relaciones de poder, para sus propias experiencias. Es especialmente preocupante que cuando intentan imitar lo que ven, no siempre solicitan consentimiento previo a su pareja. El 12,2% de los chicos lo ha hecho sin el consentimiento explícito de la pareja y sin que a esta le haya parecido bien, frente al 6,3 % de las chicas.

En cuanto a la forma de consumir estos contenidos y el tiempo que dedican a ello: los adolescentes ven pornografía casi a diario y las adolescentes una vez a la semana o al mes. Para ellos, el primer acceso responde a una búsqueda activa o una especie de rito de iniciación, mientras que ellas encuentran el contenido de manera accidental y están más expuestas a recibirlo de personas desconocidas. Mientras ellos afirman que su consumo es para satisfacer “necesidades instintivas”, las adolescentes dicen hacerlo para aprender qué se espera de ellas.

Aunque en algunos casos el acceso a contenido sexual online por parte de los menores es accidental, como resultado de la publicidad o al recibir contenido de forma involuntaria a través de sus redes sociales, a menudo se trata de búsquedas intencionadas, de ahí, la preocupación de los padres y madres ante la duda de saber si sus hijos se están desarrollando de forma sana o no.

Desde la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE)se están realizando campañas de información debido al incremento de las denuncias sobre el consumo de pornografía por menores de edad. Así, entre otras denuncias, está el caso de la madre de una menor preadolescente, que se mostraba preocupada porque su hija había tenido acceso a contenidos de pornografía infantil explícita, de forma involuntaria. El hecho sucedió cuando un número desconocido, había conseguido agregar a su hija en un grupo de WhatsApp en el que se estaban compartiendo vídeos e imágenes de abuso sexual infantil. En el grupo había cerca de un millar de personas agregadas, entre ellas, muchos compañeros de la clase de su hija. Su hija, angustiada por tener que ver ese tipo de contenidos, salió inmediatamente del grupo, aunque no pudo evitar ver algunas de las imágenes que se estaban compartiendo, las cuales definió como ‘horribles’. Procedieron a denunciarlo a la Policía Nacional, además de contactar la AEPD para recibir orientación al respecto.

Otra situación similar sucedió cuando los progenitores decidieron comprarle el primer móvil a su hija menor de edad. Ésta comienza a recibir mensajes de personas desconocidas, es decir, de números que no estaban registrados en su agenda y sus padres no entendían por qué motivo estaba recibiendo esos mensajes, a pesar de la configuración y medidas de seguridad establecidas en el dispositivo y cuando instalaron WhatsApp. La madre constató que la hija había visualizado todos los mensajes y que el contenido desvelaba conversaciones sobre encuentros transexuales, situación que inquietaba a la menor por el contenido inapropiado que había visualizado a su corta edad. Sus padres se pusieron en contacto con la compañía telefónica para encontrar una solución al respecto pero esta última les ofreció como opción cambiar el número de teléfono con coste.

El acceso a la pornografía en internet no está ajeno al ámbito educativo. Un profesor de un centro escolar tras detectar que algunos de sus alumnos estaban utilizando los ordenadores del aula para acceder a contenidos inadecuados, en concreto, habían descubierto en el historial de navegación, accesos a páginas web con contenidos de carácter violento y otras enfocadas a la pornografía, decidió solicitar asesoramiento legal a la AEPD y también indicaciones técnicas para restringir el acceso a ciertas páginas y/o tipos de contenidos desde los equipos del centro escolar. El centro educativo puso inmediatamente en conocimiento la situación a la empresa que impartía la actividad extraescolar donde los menores abusaban del uso de los ordenadores, como así también a los padres de los mismos.

Los casos de denuncias van en aumento y por esa razón el Poder Ejecutivo español propone un acuerdo de país para proteger a niños, niñas y adolescentes en la red, que incluye la aprobación de un proyecto de ley para la protección integral de los y las menores en internet. Desde la AGPD y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre se trabaja en el desarrollo de un sistema piloto de verificación de la edad para el acceso a páginas web de contenido para adultos y lograr evitar el acceso a pornografía en internet  por parte de los y las menores debido al grave impacto que causa en su bienestar y desarrollo emocional, afectivo y sexual.

Fuentes: https://www.savethechildren.es/desinformacionsexual.

Acceso a guía de interés:

https://www.savethechildren.es/sites/default/files/2020-09/Tenemos_que_hablar_del_porno.pdf.

https://www.incibe.es/menores/blog/los-menores-y-el-acceso-contenido-sexual-en-lin

https://www.aepd.es/

*Colaboración Especial desde España para En Provincia –  alimotxe54@gmail.com

Fotografías: https://pixabay.com/