
Península Mitre, en Tierra del Fuego, alberga uno de los ecosistemas marinos más productivos del planeta, para cuya conservación se impulsó una petición que ya juntó más de 190.000 firmas y se desarrolló un juego que invita a conocer la amenazas a uno de los lugares más prístinos de la Tierra, se informó hoy.
Este martes se celebra el Día Mundial del Océano, con el objetivo de recordar a la sociedad el rol que juega este enorme ecosistema en nuestra vida cotidiana.
En este sentido, y con el objetivo de conocer más sobre el mar austral y sus bosques de macroalgas, “Sin Azul No Hay Verde”, el programa marino de la Fundación Rewilding Argentina, realizó la primera expedición científica con investigadores y buzos argentinos a Península Mitre , en el extremo suroriental de la Isla Grande Tierra del Fuego.
“Hasta entonces los estudios sobre esta región eran muy escasos, especialmente en relación a los bosques de macroalgas y su contribución a la regulación climática global”, sostiene un comunicado de la Fundación.
Los bosques de macroalgas son las selvas del mar y estas algas gigantes “son responsables de capturar carbono y liberar oxígeno proporcionando gran parte del oxígeno que respiramos”, agrega.
“A nivel global son uno de los ecosistemas más productivos y se estima que almacenan 173 millones de toneladas de carbono anualmente, el doble de lo almacenado en todo el Amazonas”, añade el comunicado.
La expedición a Península Mitre reveló que la Argentina cuenta con la oportunidad de salvar uno de los últimos refugios de algas kelp del planeta.
Así, se conoció que “casi el 50% de todos los bosques de Macrocystis Pyrifera de Argentina se encuentran en Península Mitre e Isla de los Estados”.
También se comprobó que la abundancia de algas gigantes, erizos de mar y estrellas de mar alrededor de Tierra del Fuego no han cambiado en más de 45 años, posicionando a los bosques de algas de la punta extrema de América del Sur entre los más prístinos de la Tierra.