
La ópera prima de Augusto González Polo cuenta la vuelta de un joven misionero que fracasó en la vida citadina.
“Fantasma vuelve al pueblo”, de Augusto González Polo, representa el regreso a su pago misionero de un joven que fracasó en la vida citadina, que mira al futuro con un gran signo de interrogación y que, en medio de ello, ve como durante su ausencia sus relaciones de amistad y familiares sufrieron grandes cambios.
“No creo que las relaciones de amistad siempre queden enganchadas al pasado. Creo que a medida que la película avanza, Fantasma (apodo del protagonista) se va reencontrando con diferentes personas y el vínculo es diferente con cada uno. Algunos, como si nunca hubiesen dejado de verse, y con otros en cambio es inevitable, una remembranza de dónde, cómo, o quiénes eran antes de dejar de verse”, dijo a Télam González Polo sobre el filme que se puede ver este jueves y sábado en Cine.ar y a partir del viernes, gratis, en Cine.ar Play.
En ese regreso, Fantasma debe explicar una y otra vez cómo le fue en las diferentes carreras que cursó -y abandonó-, además de los trabajos en los que nunca tuvo continuidad, hasta que un amigo de su adolescencia le ofrece trabajo en uno de sus maxiquioscos.
En esta nueva etapa de la relación se entremezclan los roles de amistad y empleo, llevando a Fantasma a no reconocer tanto el presente y ver, ahora como un extranjero, las miserias que anidan en el pueblo.