Nos fuimos de mochileros al sur con Valeria, Verónica y Sebastián. Era enero del 2000. Yo vivía en Azul, estudiaba periodismo, barría las calles y hacía colaboraciones radiales en FMA con David Díaz. También había publicado un libro de poemas.
En el trayecto Trelew-Esquel, una Ducato Bordó nos sube. Era domingo y la soledad del sur era más sola que los cardos secos que costeaban el camino.
El conductor se llamaba Oscar Galcerán, era de San Andrés de Giles, alto y con una barba inmensa.
Supo tener una empresa textil con empleados fieles con los que trabajaba a la par. El neoliberalismo lo hizo pelota. Logró indemnizar a cada uno de los trabajadores y así empezar solo.
-Hago cosas con tela: delantales para las fábricas de chocolate de Bariloche, mochilas para el Museo de Carolini, bolsas para que los comensales que se retiran de los restaurantes puedan llevarse la botella de vino.
-¿Nunca hizo la tapa de un libro?
-¿En tela?
Eran tiempos sin internet ni celulares masivos. Yo tenía un segundo libro terminado, faltaban entre muchos detalles el diseño de tapa. Por teléfono y por correo coordinamos medidas, detalles y tipografía. 200 copias.
En estos días se cumplen 22 años de la salida de “Gris”, un libro que nadie va a recordar si no fuera por la tapa. El prólogo lo hizo Juan Mingarro y los señaladores mi querido Fabián Alí.
Una mañana, cuando llegué de barrer, en la puerta de mi casa estaba estacionada la Ducato de Oscar. El hombre desvió su recorrido y trajo las tapas personalmente para comprobar las medidas y darme un fuerte abrazo.
Como dato de color, él tipo había averiguado el día, el horario y el lugar donde presentaba el libro. Entonces en un sobre me entregó las invitaciones del evento también hechas en tela.
Después de un tiempo perdimos contacto pero los libros y la historia también están hechos para esto, para recordarnos y mantenernos eternos.
En Provincia agradece la publicación de esta hermosa historia a su autor, Matías Verna.