Un artista urbano conmovió con la escultura de un niño refugiado

La escultura de un niño que con un chaleco salvavidas se erige desde la cúpula de la iglesia de la Santa Cruz de Berlín, enarbolando una bengala encendida, busca interpelar sobre la situación de miles de refugiados que no llegan a encontrar su destino en otros países, según el joven artista urbano de origen español, Pejac, cuya obra de tinte político y medioambiental se observa también en las calles de Hong Kong a Nueva York, Moscú y Londres.

El cuerpo del pequeño se sostiene erguido con la otra mano tomada de la cruz de la iglesia del barrio de Kreuzberg, en esta escultura titulada Landless Stranded “Varados sin tierra”, que sugiere a los espectadores que reflexionen sobre lo que les provoca la situación de los refugiados.

“Desde el punto de vista de los migrantes he querido hacer extensible este trabajo a todas las personas que no acaban de encontrar su lugar en la sociedad”, dijo el artista y relató que cuando recorría con su equipo las calles de Berlín para decidir qué tipo de obra quería hacer en la ciudad, le causó una gran impresión la iglesia de Kreuzberg.

Si bien Pejac pensó en hacer “algo más convencional”, como un mural, la idea pasó a ser un proyecto mucho más ambicioso y original en este edificio de estilo gótico y construcción de ladrillo rojizo, en cuya punta, y a 60 metros de altura, aparece la escultura, desde la que dos veces al día se enciende la antorcha que porta el pequeño.

“El efecto sorpresa es una de las cosas que más me gustan del arte urbano”, asegura Pejac, cuya obra en muchos casos causó estupor; en algunos, inquietud, según manifestó al diario El País.