
Hay maneras muy sencillas de resolver algunas problemáticas o conflictos que se internan en la opinión pública de Argentina.
El último de “las empanadas” surgió cuando el reconocido actor, Ricardo Darín, mencionó en el programa de Mirtha Legrand que había pagado 48.000 pesos por una docena de empanadas, lo que generó una fuerte reacción del Gobierno nacional.
Incluso el ministro de Economía, Luis Caputo, respondió públicamente, criticando el comentario del actor y sugiriendo que había elegido un ejemplo poco representativo de la realidad económica.
El presidente Javier Milei también se sumó a la polémica, compartiendo en redes sociales una imagen satírica de una empanada de oro con la frase “las empanadas que compra Darín”, en un intento de ridiculizar la declaración del actor.
Por su parte, la Asociación Argentina de Actores respaldó a Darín, denunciando que el Gobierno estaba atacando a un miembro de la comunidad artística por expresarse libremente. La discusión se convirtió en un debate más amplio sobre la inflación y el poder adquisitivo en Argentina.
Parece que las empanadas terminaron siendo más que un simple plato tradicional, ya lo decía Luis Brandoni, en la histórica película “Esperando la carroza”: “¡Tenían tres empanadas, podes creer. Tres empanadas!”
Problemas gigantes para soluciones simples
Comprar caro es un problema o no, para quienes están dispuestos a hacerlo. Si una docena de empanadas sale $48.000 y creemos que nos están estafando, no hay que comprarlas. ¡Es tan simple como eso! Cada consumidor tiene la posibilidad de comprar caro o no. Toda la polémica se resume al simple ejercicio que se practica en países desarrollados.
No comprar caro es la medida que los ciudadanos tienen para regular la economía. Es un derecho. También una enseñanza.
Imagen de la película "Esperando la Carroza". "Tres empanadas".
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