Por Alicia Alvado – Agencia Télam –
“Habrá cortes de luz durante un mes por el tornado”, titularon los diarios el 15 de abril de 1993 sin imaginar que el desastre natural registrado dos días antes no había sido obra de uno sino de al menos 100 de estos fenómenos que aquella noche se presentaron en masa para atravesar gran parte del territorio bonaerense arrasando todo a su paso, en un inusual hecho que no volvería a repetirse en el país y que es único fuera de Estados Unidos.
“Después de EE.UU, Argentina es el único lugar del mundo que ha tenido en un mismo día tantos tornados. Y acá eso no se repitió nunca más”, explicó a Télam Cindy Fernández, meteoróloga comunicadora del SMN.
“Nosotros cuando leíamos los trabajos de campo del doctor Fujita en Norteamérica, decíamos ‘esto no existe acá, nosotros con un tornado por noche nos conformamos’. Pero ¡oh, sorpresa! nos encontramos con esto”, dijo a Télam la doctora en meteorología e investigadora del Conicet María Luisa Altinger, quien lideró la investigación posterior del evento y elaboró el informe correspondiente.
Como consecuencia de estos localizados, repentinos y agresivos embudos de aire girando a velocidades de entre 138 y 266 kilómetros por hora que sucedió el martes 13 de abril, al menos 5 personas murieron, 60 resultaron heridas, 900 fueron evacuadas y más de 3.5 millones de usuarios sufrieron cortes de luz.
“Salimos en el auto con la técnica meteoróloga María Gabriela de Carli, y anduvimos las dos solas recorriendo los campos desde Pehuajó hasta Mar del Plata durante dos meses para realizar el estudio”, contó Altinger que en su Registro de Tormentas Severas lleva contabilizados 653 tornados en territorio argentino desde 1930.
En realidad, “fueron cinco tormentas muy grandes, cada una como tomadita de la mano de la siguiente” hasta cubrir un ancho de 100 kilómetros, “y cada una produciendo tornados en forma intermitente” de categorías F1 a F3 en la escala Fujita Mejorada, a lo largo de un recorrido de longitudinal de 500 kilómetros en dirección noroeste/sudeste.
Altinger explicó que no fue difícil reconstruir lo que había ocurrido siguiendo la huella de los destrozos porque “estaba súper marcado todo, se veía muy bien donde terminaba un tornado y empezaba el otro”, contribuyendo a la demarcación de “cinco líneas paralelas” dibujadas por el frente de mal tiempo en su avance desde el centro de la provincia hacia la costa, “con zonas en medio donde no había pasado nada”.
“Muchas veces entrábamos en alguna estancia que había quedado destruida y la gente nos decía que ‘solamente acá fue”, entonces desenrollábamos nuestra cartografía y se asombraban (por todos los lugares marcados), porque ellos estaban tan metidos en arreglar su problema que no tomaron conciencia de que en otros lugares, algunos muy lejanos, también pasó”, dijo Altinger.
Entre los cuantiosos daños materiales se destaca la caída de 56 torres de alta tensión producto de lo cual “se dejó de recibir el 20% de la energía producida en el país” -consignó entonces el diario Clarín- y por eso la Secretaría de Energía dispuso cortes diarios rotativos y programados de tres horas durante 30 días para no recargar el sistema.
“Los postes de luz se cayeron como escarbadientes y las torres de alta tensión fueron levantadas y tiradas al monte, donde quedaron como si fueran arbolitos de navidad desparramados. Fue espeluznante”, sostuvo.
Las localidades más afectadas se cuentan Henderson, Pehuajó, Bolívar, Urdampilleta, Olavarría, Azul, Tandil, Mar del Plata, Sierra de los Padres y Necochea
Allí volaron techos, carteles, toldos, ramas y galpones. También se cayeron paredes, hubo árboles arrancados de raíz algunos, micros volcados en plena ruta y autos arrastrados varias cuadras de donde estaban estacionados, según el capricho de los vientos
En una peatonal Mar del Plata, por ejemplo, estallaron los vidrios de todas las vidrieras y la policía debió patrullar en la madrugada para evitar los saqueos.
Entre las víctimas fatales hubo dos niños de 10 y 9 años que fallecieron cuando se les cayó encima una de las paredes de su casa en Mar del Plata y Quequén; un adolescente de 16 que murió aplastado al caerse un poste de luz sobre el asiento trasero del vehículo en el que se trasladaba también en “La Feliz” y dos adultos mayores por paro cardíaco en Azul y la mencionada ciudad balnearia.
Entre los heridos se cuentan los pasajeros de un micro de la empresa Rápido del Sud que se dirigía de Miramar a Mar del Plata cuando perdió la estabilidad a la altura de Chapadmalal y terminó volcando. Los 10 pasajeros y el chofer sufrieron heridas de diferente consideración.
“Ese día había una situación muy inestable, con una atmósfera que tenía gran cantidad de energía, temperaturas elevadas para la época del año y un frente frío muy intenso que venía avanzando desde Patagonia. Esto se combinó con que estaban las condiciones de humedad y de viento, en toda la atmósfera, desde el suelo hasta la capa más alta, organizados de manera justa para la generación de tornados”, explicó Fernández.
Y si le faltaran componentes a esta historia, también tiene un aspecto esotérico: se produjo un martes 13 y el número 56 correspondiente a la cantidad de torres de alta tensión derribadas por los vientos, en la quiniela corresponde a “la caída”.
Entre las anécdotas curiosas de este episodio se puede mencionar el caso de un grupo de presos de la comisaría N° 1 de Mar del Plata que quedaron a la intemperie cuando voló el techo de esta dependencia y debieron ser traslados, o la meteórica inflación del 400% que afectó a las velas los días subsiguientes, que pasaron a de costar 40 centavos de peso el paquete a 1,60, según consignan los diarios de la época.
El inusual evento tuvo lugar dentro una zona que se conoce como “Pasillo de los tornados”, una extensa área de llanura en América del Sur, donde se producen tornados y tormentas severas con mucha frecuencia y que su porción argentina abarca “Cuyo, región pampeana y todo el NEA” -dijo Fernández-, que constituye “la zona principal” de ese fenómeno “en el país”.
“Argentina tiene muchas características en cuanto a los tornados: tiene parte del ‘Callejón de tornados’ que es la segunda área con tornados más activa del mundo, después de EEUU; tenemos este récord de la noche de los 100 tornados que solo se vio en EEUU y el único F5 (la categoría más alta de la escala) registrado fuera de EEUU, que es el que se produjo el 10 de enero de 1973 en (la localidad santafesina de) San Justo”, concluyó Fernández.
Fotografías / Ilustraciones: Agencia Télam – https://www.pexels.com/