Oymyakon, en Siberia, es donde se te congelan hasta las pestañas. Parece que una de las razones de su extremo frío es su situación geográfica. Está asentado sobre un altiplano de 470 metros. Por tal razón, tienen temperaturas más bajas que en otros puntos de Siberia.
Cuenta más o menos con mil habitantes. Nò es raro que en invierno bajen las temperaturas hasta -63 °C . Incluso tiene el récord de la temperatura más baja registrada, el 26 de enero de 1926. Menos 71,2 grados centígrados.
No tienen agua corriente, pues se congelan las tuberías. Es por eso que los baños se encuentran en el jardín, sin ninguna calefacción.
Su dieta es basada en carne y pescado, ya que las bajas temperaturas no permiten sobrevivir a cultivos y productos frescos. Durante el día se ayudan con el llamado Té Ruso (Vodka).
Tres cuartas partes del año viven por debajo de los -40°C. Sólo disponen de 3 horas de luz al día en invierno.
Los trayectos se hacen con la ayuda de los perros o en autobus. Si se quiere ir a pie, se debe ser muy rápido porque a – 45°C la piel se congela en 5 o 10 minutos.
Los coches están en garajes con calefacción, ya que los motores no encienden a – 20°C.
Quién no tiene garaje, la deja afuera y en primavera, le colocan una hoguera debajo, para descongelarlo.
Hay calefacción para todo el pueblo gracias a una Central Térmica que sirve a todos y que funciona las 24 horas.
En una continua exposición a temperaturas bajas sin estar debidamente equipado se corre el riesgo de congelación o hipotermia.
Quién desee ir de vacaciones debe saber que no existen hoteles. Se debe alojar en las casas de los habitantes.
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