Rusia advirtió que la invasión a Ucrania “no tiene plazos concretos”

La invasión de Rusia a Ucrania no tiene plazos concretos, declaró el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, mientras crece la preocupación por las consecuencias alimentarias a nivel global generadas por el conflicto y la Unión Europea (UE) espera que avancen las negociaciones entre Rusia, Ucrania, Turquía y la ONU para desbloquear el puerto ucraniano de Odesa y reanudar así las exportaciones de granos trabadas por la guerra.

“No hay plazos concretos, lo principal es eficiencia de ejecutar la operación”, advirtió Peskov en una entrevista con la agencia estatal de radio y televisión iraní, en la que recordó que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, había subrayado en más de una ocasión que las Fuerzas Armadas rusas “tienen la orden clara de evitar daños para la infraestructura civil y las víctimas civiles”.

“Por eso las Fuerzas Armadas trabajan con mucho cuidado, usan las armas de alta precisión y excluyen cualquier ataque contra la infraestructura civil, lo que, lamentablemente, no se puede decir sobre la parte ucraniana”, afirmó.

Mientras tanto, los combates se seguían concentrando en la región del este de Ucrania. Los servicios de emergencia ucraniano informaron hoy que seis personas murieron en un bombardeo ruso en la ciudad Toretsk, en el Donbass.

“Un edificio fue destruido por un obús en Toretsk bombardeada en la mañana. Los socorristas recuperaron cinco cuerpos. Tres personas fueron rescatadas de los escombros, de las cuales una murió en el hospital“, según un comunicado publicado en la página Facebook de esos servicios.

En el plano diplomático, este lunes, los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembro de la UE se reunieron en Bruselas para analizar las nuevas sanciones presentadas el viernes último por la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, en un momento de máxima preocupación por la crisis alimentaria.

“La vida de decenas de miles de personas depende de este acuerdo” que es negociado entre Rusia, Ucrania, Turquía y Naciones Unidas, explicó el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, al llegar a Bruselas, informó la agencia de noticias AFP.

Estas negociaciones buscan concretar la salida por el Mar Negro de unos 20 millones de toneladas de cereales acopiados en silos ucranianos, en particular en Odesa, y facilitar la exportación rusa de granos y fertilizantes. Ucrania es uno de los principales exportadores mundiales de trigo y otros cereales.

Además, acordó imponer sanciones a otras 48 personas y nueve organizaciones rusas, además de un quinto tramo de ayuda militar a Ucrania por 500 millones de euros, que lleva el total de ayuda europea a 2.500 millones.

Borrel se pronunció por continuar esta política de sanciones, aunque admitió que no hay un consenso absoluto en el bloque sobre su efectividad. También negó que el embargo parcial de la UE al petróleo ruso haya empujado los precios al alza.

“Los precios de petróleo están ahora en el mismo nivel que antes de la guerra (en Ucrania), en el mismo nivel que en febrero”, argumentó.

Más sanciones

La UE quiere acentuar su presión sobre Rusia con nuevas sanciones y, al mismo tiempo, dar más apoyo financiero y militar a Ucrania, dijo Borrell. Por su parte, el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, pidió que no caigan en la “trampa” de ceder ante las presiones rusas.

“Retroceder y doblegarse a sus exigencias no funcionará, nunca ha funcionado. Es una trampa”, advirtió Kuleba, en un discurso ante cancilleres comunitarios en Bruselas, en la que Kiev pide profundizar el apoyo económico, político y militar, por la invasión militar rusa de la que es objeto desde el pasado 24 de febrero.

Para el canciller ucraniano, “el verdadero objetivo de Putin es el empobrecimiento de Europa” y “poner a la opinión pública en contra de los Gobiernos de turno, con la esperanza de reemplazarlos con fuerzas radicales que serían más favorables a Rusia”.

Entre los críticos a las sanciones está el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, quien las calificó el viernes pasado de “error” al afirmar que “no habían conseguido sus objetivos” y que, además, estaban asfixiando a la economía europea.

Rusia argumenta que las sanciones impuestas por la UE y Estados Unidos en el marco de la guerra le impiden exportar esos bienes, algo que Washington y Bruselas niegan asegurando que sus medidas no fueron dirigidas a los alimentos.

En este contexto, Putin mantendrá este martes en Teherán conversaciones con sus homólogos iraní y turco sobre Siria, otro conflicto en el que su país está implicado.

Este será el segundo viaje de Putin al extranjero desde que lanzó la invasión en Ucrania el 24 de febrero, y su primer encuentro desde entonces con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con quien mantendrá además una reunión bilateral para hablar de la salida de cereales ucranianos para abastecer a una parte del mundo.

Turquía, miembro de la OTAN y que reiteró hoy la intención de “congelar” la adhesión de Suecia y Finlandia a la alianza, ha intentado mantener el contacto con Rusia y Ucrania, y se ha ofrecido como mediador en varias ocasiones.