Por Martín Zuccato –
La precaria situación de los colonos británicos de las Islas Malvinas les genera profundas incertidumbres que quedaron reflejadas en los discursos pronunciados por sus representantes ante el comité de descolonización.
El Comité Especial encargado de examinar la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales (comité de los 24 o C-24) celebró su habitual período de sesiones en Nueva York, durante el cual analizó la situación de los Territorios a descolonizar. El Comité también escucha las opiniones de sus Estados Miembros, de las Potencias coloniales administradoras y de los representantes de los Territorios No Autónomos, entre los cuales se encuentran -desde los años 60 del siglo pasado- el Territorio Británico de Ultramar de las Islas Malvinas.
Este año se presentaron ante el C-24 dos representantes de la Asamblea formada por los súbditos británicos habitantes de las Islas Malvinas, quienes expresaron su punto de vista ante el comité. Uno de sus miembros (Mark Pollard) dijo: “…2022 será un gran año para las Falklands (Islas Malvinas). Reflexionanando sobre el legado de la guerra de 1982, queremos que se recuerde que, hace poco menos de 40 años, se nos negaron nuestros derechos humanos básicos cuando nuestra casa fue invadida y hubo gente que perdió la vida para restaurar nuestra libertad. La frase derechos humanos aparece siete veces en la carta fundacional de las Naciones Unidas y para promover y proteger esos derechos, queremos que el comité no tenga ninguna duda de que, si bien la guerra caliente terminó el 14 de junio de 1982, la guerra fría de palabras (con Argentina) todavía continúa”.
A su vez, la isleña Leona Roberts agregó: “Queremos dejar en claro al C-24 y al público de todo el mundo, que no es suficiente sentarse en silencio ante los continuos intentos de suprimir y subvertir nuestro derecho a la autodeterminación. Pollard y yo estamos aquí para hablar en nombre de nueve generaciones de isleños de las Falklands (Malvinas), para pedir que la gente deje de ver nuestra situación como una papa caliente política y en su lugar escuche lo que tenemos que decir sobre nuestro hogar, nuestra historia y, lo que es más importante, nuestro futuro. Hemos vivido a la sombra de la intimidación durante bastante tiempo; el reclamo argentino sobre nuestra soberanía debe terminar ahora. No el año que viene, ni en otros diez años, sino ahora”.
Si bien en el año 1960 la Resolución N° 1514 de la ONU comprometió al Reino Unido a incluir sus ilegales posesiones de ultramar entre los territorios a descolonizarse, la estrategia de la potencia colonial desde entonces ha sido bregar porque se otorgue a las islas el carácter de territorio independiente, para así mantener su hegemonía sobre las mismas a través de la población e instituciones implantadas desde la usurpación en 1833. Sin embargo, Argentina logro en el año 1965 y mediante la resolución N° 2065 de la ONU, que dicho Organismo reconozca la existencia de un reclamo de soberanía respecto de dicho territorio, invitando a ambas potencias a negociar sobre ese punto, debiéndose respetar los intereses de los isleños, (lo cual no incluye sus deseos sobre el tema), razón por la cual, la pretendida independencia de las Islas Malvinas resultaría inviable de acuerdo al actual estado del derecho internacional.
La posición negativa del gobierno británico a tratar con Argentina la cuestión de la soberanía, genera una constante incertidumbre entre los malvinenses por su futuro jurídico y económico, que se encuentra reflejada –aunque no justificada- en las posiciones expresadas por estos ante el C-24.