Poesía de la belleza en el cumpleaños de la chica de “El cartero”

Por R. Claudio Gómez –

Alguien definió a la belleza como la suma de armonías. Un rostro armónico es bello y, paradójicamente, un rostro desprovisto de equilibrio también lo es. De todas, la belleza humana es la más difícil de descifrar. Su componente esencial actúa por fuera de la propia imagen y es más la suma de partes y contextos que la sola imagen inmanente. La belleza humana, por tanto, no es, se crea en la percepción ajena.

Sin embargo (y estamos centrados en lo facial), hay consensos sobre ciertas caras que parecen desmentir la siempre perturbada subjetividad del observador. Eso sucede cuando muchas o muchos ven una belleza común; es decir, cuando muchas o muchos coinciden en la idea de que un rostro es bello. Y es allí donde el mérito de la persona bella se desvanece, ya que a esa condición deberá sumar otras, tanto como para no ser “solo una cara bonita”.

Es el caso de María Grazia Cucinotta, quien hoy cumple años. Resguarde esta nota su edad, por una cuestión de cortesía y de piedad con el resto de la raza humana, que podría entrar en comparaciones odiosas e inmerecidas.

Cucinotta participó en más de cincuenta películas. Fue, incluso, una “chica Bond”, pero para los afortunados románticos del cine siempre será la chica de Il Postino (El cartero, 1994). Allí, en ese paisaje de ribera de pescadores y verde y florida campiña, nace y muere María, en su papel de la alegre Beatriz Russo.

El cabello de Cucinotta es arte en la despejada espalda y por ella cae. Su andar juvenil mueve sus caderas e incendia pasiones. Negro, negro es su cabello, como rojos sus labios. Y esos ojos, color miel y esas caderas perfectas que se endurecen en el vestido suave y ligero de la mesera.

En aquel rincón apócrifo de una Italia fantástica la poesía sobrevuela el aura de María, para convertirla en una especie de sueño, en una forma de la ilusión. Y no, no es su rostro bello lo que inspira a Neruda, es la posibilidad de su existencia, el sentido de su presencia, la paciencia del amor.

La belleza, acaso, no es probable, es retórica, pero si de alguna manera cobrara un alma, allá está la de María Grazia Cucinotta, más allá de su cuerpo, más allá de los cuerpos.

Feliz Cumpleaños !!!