“Él llegó cuando el partido contra Holanda ya estaba comenzado y al estadio no le importó más el partido de hockey. Se escuchaba Diego, Diego”.
“Nosotras nos empezamos a dar vuelta porque todo el mundo se levantaba y no entendíamos qué pasaba.”
“Se quedó alentando todo el partido, nosotras terminamos perdiendo ese día. Y fue al vestuario a hablar con las chicas, yo justo no estuve en ese momento, porque me tocó doping, me quería morir.”
“Él nos decía que no pasaba nada, que mañana teníamos que salir a ganar la de bronce.”
“Me acuerdo que le digo a la médica que estaba conmigo: Escuchame, una cosa, acá está Diego Maradona y yo no me voy a ir sin saludarlo, así que vení conmigo y hago pis cuando pueda”.
“Íbamos las dos corriendo por el pasillo, ella también quería ver a Diego.
Cuando llego, me llevo la sorpresa de que me estaba esperando en la parte de prensa y me dice: ¡Te estaba esperando para saludarte! ¡Quiero las zapatillas rosas para Claudia!
“Tenía solo un par, pero se las di”.
Fotografía: Archivo web.