Por Alberto Alba* –
Con frecuencia soy testigo del maltrato que sufren las personas mayores en distintos ámbitos: medios de transporte, centros de salud, comercios, bancos y dependencias públicas, donde la intolerancia y la falta de empatía parecen reinar por doquier.
La violencia contra la vejez puede ser definida como una acción deliberada tendiente a generar un daño. Se puede tratar de una agresión física, psicológica, social, discriminación, exclusión, entre otras manifestaciones. Es decir que hay una violencia visible, directa, y una violencia invisible, de naturaleza cultural y estructural.
En el caso de los adultos mayores, es posible advertir la existencia de una extendida violencia cultural, a partir de la que ciertas actitudes discriminatorias son, en este caso, injustamente toleradas. Así como la discriminación por cuestiones raciales o de orientación sexual con toda razón no es admitida en nuestra sociedad, la que se ejerce simplemente por razones de edad no despierta ninguna reacción. Por el contrario, es tomada como algo normal.
El Instituto de la Nueva Edad (INE) de la Fundación Pro Humanae Vitae (que tengo el honor de apadrinar) viene desarrollando diversas acciones para que los legítimos derechos de los adultos mayores no se vean vulnerados por situaciones como las mencionadas anteriormente. En ese marco, el INE ha firmado un convenio con la Defensoría Ciudadana de la ciudad de La Plata para que los adultos mayores que sufran daños, abusos, discriminación o trato arbitrario reciban en ese organismo un trato preferencial para poder solicitar una adecuada reparación. Para ello, los afectados deben comunicarse a los Nros. 672 7760 y 427 0531.
Además, es importante destacar que con el objeto de difundir esta problemática entre la población de adultos mayores, como así también señalar los caminos disponibles para remediar esos efectos negativos, el INE está desarrollando en instituciones barriales de nuestro medio, adheridas a la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas, un ciclo de reuniones informativas sobre los derechos que tienen las personas mayores y los instrumentos jurídicos que los amparan. En dichos encuentros se produce habitualmente un fructífero intercambio de experiencias y opiniones.
Es de la mayor importancia señalar que el nuevo Código Civil y Comercial de la Argentina, vigente desde 2015, incorpora principios como la autonomía personal, la capacidad y la voluntad de las personas, estableciendo como regla general la presunción de capacidad, al tiempo que determina que las restricciones son excepcionales. Es decir, nuestra ley considera que las personas son plenamente capaces para tomar decisiones sobre su vida y sus bienes, salvo que establezca alguna restricción una autoridad competente, es decir, un juez.
Más allá de lo que establece la legislación argentina, desde principios de la década del ´90 los organismos internacionales se vienen preocupando sobre la situación de los adultos mayores, a la luz del crecimiento evidente de esa franja etaria; hoy se vive más, la expectativa de vida ha aumentado fuertemente en estas décadas. Pero lo importante es no solamente vivir más, sino vivir bien.
Con ese objetivo, nuestro país ha adherido a la Convención Interamericana para la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores; ese tratado, que tiene rango constitucional, establece que el adulto mayor tiene derecho a no verse sometido a ninguna clase de discriminación a raíz de su edad, que tiene derecho a ser tratado con dignidad e igualdad, que tiene derecho a una vida autónoma e independiente y a tomar sus decisiones con plena libertad; asimismo, consigna que tiene el derecho irrenunciable a manifestar su consentimiento libre e informado respecto de los temas inherentes a su salud y que además tiene derecho a la privacidad en las actividades que desarrolle.
Estas puntualizaciones adquieren significación, habida cuenta de que son conocidas situaciones que se producen en el ámbito familiar en las que se intenta menoscabar la autonomía de la persona mayor, ya sea por un interés mezquino o por actitudes que ignoran el derecho de los adultos a manejarse con libertad y autonomía.
Es importante destacar que la importancia del tema ha sido reconocida por la Organización de las Naciones Unidas. Al respecto, la Asamblea General de la ONU ha declarado al período 2021-2030 como la “Década del Envejecimiento Saludable”, con el fin de apoyar las acciones destinadas a construir una sociedad para todas las edades. El organismo ha reconocido de esa manera el fenómeno biológico ocasionado por la prolongación de la vida, así como la necesidad de dotar a esos años de una mejor calidad.
Nuestra sociedad tiene primordial responsabilidad en la lucha por alcanzar ese objetivo. Especialmente cuando el 15 de junio es el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas ante la alarmante expansión de esa negativa situación.
*Presidente de la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata.