Un 6 de Noviembre, nació Juana de Castilla, una reina que nunca estuvo loca, ¡nunca!
A Juana la casaron de16 años con un chico al que llamaban el hermoso, (Felipe El Hermoso) aunque debieran opinar ustedes al ver los retratos que hay de él.
Él se benefició desde el primer día de todas las damas de la corte. Juana se enfadaba lógicamente, porque exigía un respeto que a ella no se le daba.
Ni como mujer, ni como reina, ni como esposa. Y por eso la llamaban loca.
Cuando su marido murió, Juana reivindicó el trono de reina de Castilla que a ella estaba destinado.
El rey Fernando, su propio padre, no quería que Juana reinara. Así que decidió que estaba loca. Y la encerró.
Juana, además, aún era joven y muy bella. El rey temía que volviera a casarse y contara con un hombre que la apoyara en la lucha por el trono. Mejor encerrada.
Cuando su hijo Carlos fue a visitarla, dicen que ella “le cedió graciosamente” el poder. ¡Mentira!
Carlos le obligó a firmar y la dejó allí: encerrada.
Juana era una mujer culta, que hablaba latín y escribía poesía.
Pero la historia la ha llamado Juana “la Loca” y no Juana la Prisionera.
Juana de Castilla es una de tantas mujeres a las que la historia ha negado su verdadera voz.
Cuando a una mujer alguien la llama “loca” es porque a esa mujer la quieren silenciar.