El gobierno japonés decidió verter al mar agua contaminada de la accidentada central nuclear de Fukushima, según informaron los medios de comunicación locales, a pesar de la fuerte oposición local a este proyecto.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, tiene previsto anunciar la decisión el próximo martes, según la agencia Jiji y la cadena de televisión pública NHK.
Esta decisión pondría fin a siete años de debate sobre cómo deshacerse del agua procedente de la lluvia, de las aguas subterráneas o de las inyecciones necesarias para enfriar los núcleos de los reactores nucleares que se fundieron tras el tsunami del 11 de marzo de 2011.