Hemos perdido el 62% de nuestro vocabulario cotidiano.

El observador errante –

Cuando adquirimos expresiones que pueden ser correctas para alguna ocasión, en nuestro país por obra y gracia de nuestra falta de creatividad, las transformamos en un lugar común, es decir, le hacemos perder su esencia, incluso para cuando fue oportuno su uso.

Sucede que pasa el tiempo y se intensifica su utiliización de tal manera que simulamos usar “expresiones de culto” para la mayoría de nosotros, que las vertimos con tanta naturalidad que -pareciera- nos satisfacen, nos llenan el alma.

Esto que describo es en el mejor de los casos, ya que, en un período no mayor a veinte años hemos perdido el 62% de nuestro vocabulario cotidiano.

Esto intuye a a algunos a pensar que se ha logrado una capacidad de síntesis antes inexistente.

También -y creo que con más criterio-, intuye a pensar que no nos entendemos entre argentinos, porque además de perder palabras, hemos perdido la capacidad de hilvanar las pocas que usamos, para transformar nuestro presunto lenguaje en algo ininteligible. Coso, pituto, el cómo se llama?, la utilización incorrecta de palabras y su mala ubicación en nuestras frases, los errores de ortografía y el reemplazo de palabras por letras que se contagian de los mensajes en celulares u otras tecnologías nos han llevado al NO idioma.

Miles de años ha tardado la humanidad entera en lograr comunicarse con sonidos, luego asignarles un icono que identifica el sonido, luego las palabras que identifican las cosas, las personas, en fin…, lo existente.

Otros dos mil años para lograr manifestar pensamientos en forma ordenada, comprensible y accesible a todo quien puede aprender a leer y a hablar conforme a lo aprehendido, lo experimentado y lo creado.

Más de cien años en lograr transmitir una palabra o un texto a través de medios tecnológicos como la radio, el código morse, y la evolución de las ciencias para bien o para mal, pero evolución al fin. Hoy no nos sorprende hablar por un celular, sacar fotografías con el mismo o tener una conferencia en video llamada.

Claro que observado así, pareciera que vamos evolucionando indefinida e incontrolablemente.

En mi rudimentaria educación tengo la intuición que la mayoría no nos damos cuenta que somos instrumentos descartables de una minoría -que sin ser más inteligentes, tal vez muchos menos- que dispone de un gran poder económico proveniente de los recursos que nuestra ignorancia les entrega alegremente, consumimos.

Consumiendo para bien o para mal del consumidor.

Se han gastado fortunas verdaderamente incalculables en ir aumentando la expectativa de vida (la han llevado en promedio de 50 años a 75 años).

Sin analizar en profundidad si han logrado prolongar la “vida” o el “consumidor” y confirmando que la avaricia es más poderosa que la inteligencia de los poderosos, nos encontramos en los comienzos del Siglo XXI, con una densidad poblacional insostenible en la alimentación, en la educación, en la salud, en la contaminación y en la lucha por la supervivencia.

Los poderosos han descubierto que con una baja tasa de natalidad, se minimiza la partición de la gran riqueza en pequeñas riquezas, y es así que viven más, mejor, pero cada vez son menos jóvenes y sus edades se van acercando -por ahora asintomáticamente- a los límites de vida.

La generalidad de los habitantes del planeta (mucho más del 75%) somos los menos ricos, pero, con el obstinado deseo de seguir vivos, entonces, dado al alto índice de mortalidad, tenemos un alto índice de nacimientos que compensan la gran mortandad por hambre, enfermedad, y otras inmoralidades.

El Planeta ya no es el de 200 años atrás, sus riquezas están en franco proceso de desaparición, la vida se ha reducido en los mares, los ríos, las tierras y estamos en el límite inferior de existencia de Oxígeno compatible con la vida.

Por la indubitable acción y reacción y por decisión del poderosotodo o el todopoderoso (frase de lugar común), estamos sometidos -ahora- al Coronavirus, del que los científicos saben poco…. Casi nada y la codicia de los narcoterronoticieros agregan confusión a la existente.

Nos están llevando primero a la muerte social, luego a la muerte personal y finalmente….. a la extinción de toda forma de vida, que ha llevado millones de años en llegar a un cierto equilibrio y una inestable perfección.

Tal vez el Big Bang que dio origen al universo, se está comenzando a apagar con el Big Dead del planeta tierra.

Ahora, muy tarde, cobra nuevamente significado “TODOS SOMOS NADIE”.