Desde la ONG señalan que la causa de esto es la exploración sísmica que está realizando la industria petrolera. Esta alteración en el ambiente puede provocar en las ballenas estrés, cambios en las vocalizaciones, desplazamiento de hábitats importantes para apareamiento o de alimentación para evitar el ruido.
La ONG ambientalista Greenpeace afirma que en el Mar Argentino hay una menor presencia de ballenas que en años anteriores. Desde la ONG señalan que la causa de esto es la exploración sísmica que está realizando la industria petrolera, la cual está generando en los cetáceos muertes por ahogamiento, lesiones masivas, varamientos en las costas, disminución en los avistamientos de poblaciones, ausencia de grupos de cópula y de madres con crías.
La exploración sísmica es una técnica geofísica utilizada para localizar estructuras geológicas donde se puedan haber producido acumulaciones de hidrocarburos, por ejemplo yacimientos de petróleo. Para ello se emiten ondas acústicas desde la superficie mediante dispositivos que generan vibraciones o a través de cargas explosivas.
Según Greenpeace, estas detonaciones pueden ser tan potentes como el despegue de un cohete espacial, cuyo impacto cubre un área de más de 300.000 km². Esta alteración en el ambiente puede provocar en las ballenas estrés, cambios en las vocalizaciones, desplazamiento de hábitats importantes para apareamiento o de alimentación para evitar el ruido.
Estos hechos han sido estudiados y plasmados en dos documentos. El primero es el reporte publicado por la ONG, “Impacto de la exploración sísmica sobre los cetáceos en el Mar Argentino”, donde se afirma que “desde el año 2017, se realizó exploración sísmica en las costas de la provincia de Buenos Aires, Río Negro y Chubut, en las cuencas Colorado, Claromecó, del Salado y Argentina Norte y Sur. También en las costas de la provincia de Tierra del Fuego, en las cuencas Austral y Malvinas Oeste”.
Con respecto a las consecuencias de la exploración sísmica, se afirma que “los estruendos generados son una causa probable de varamientos y muertes de ballenas, especialmente en zifios. Incluso si los impactos son fatales, solo se detecta el 2% de todos los cadáveres de cetáceos, en promedio”.
El segundo documento en el que se basa la denuncia de Greenpeace es el informe “Impactos de las prospecciones sísmicas en el área del Golfo San Jorge”, realizado por el licenciado César Augusto Gribaudo, del Museo Educativo Patagónico.
En el mismo se detalla que “un cañón de presión es capaz de generar unos niveles de intensidad sonora en el agua de 215-260 dB (decibelios; presión 1 μPa), con unas frecuencias de entre 10–300 Hz (Hercios), aunque se han detectado frecuencias de hasta 3.000 Hz en las zonas de prospecciones —exploración sísmica—”.
Además, en el informe se advierte que “los efectos de la contaminación acústica a corto y medio plazo sobre los ecosistemas marinos pueden llevar a cambios en el comportamiento de los cetáceos, tanto en sus actividades en la zona como en rutas migratorias, y distintos rangos de daños físicos en vertebrados e invertebrados marinos”.
Fuente InfoGEI.