
Ese sueño ocurre en Hinojo, (partido de Olavarría), cerca de las sierras y con la luna al alcance de la mano.
Los patines son la vida de Paz quién con 11 años está entre las cuatro patinadoras más importantes de Argentina a nivel escuela.
Ella tenía solo seis años cuando comenzó a patinar, es la más pequeña de sus cuatro hermanos. Las calles de Hinojo le ofrecieron la pista primera, enseguida notaron que la niña no hacía la actividad por diversión, sino que se notaban sus condiciones para transitar ese deporte.
Desarrollarse en el patín profesional es una vida de sacrificio y también se necesita dinero para solventar gastos de viajes, indumentaria, entre otras cuestiones. Por ese motivo tuvo que dejar por un tiempo el patín
En el año 2019 nuevamente regresó a los entrenamientos en el glorioso Club Atlético Hinojo. Allí aprendió técnicas de patín carrera y fue en ese mismo año que compitió con sus compañeras.
Luego llegó su participación en el Nacional que se llevó a cabo en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Entre 85 patinadoras de su categoría estuvo en todas las finales quedando entre las 4 mejores del país a nivel escuela.
Corrió maratones cuya distancia es de 5 kilómetros, donde prevaleció siempre su excelente posición por su buen rendimiento. Paz Pittaluga pasó a categoría Intermedia hecho que significó un cambio de rollers, de un patín común a uno profesional, muy costoso.
Muchas veces los sueños necesitan de ayuda. La mamá de Paz hace todo lo que puede para que logre lo que ama y pueda superarse, pero a veces no es sencillo costear gastos. Algunas empresas como Estación de Servicio Zito y Priola; Restaurante El Paraíso; transporte Medicci y Julio Refrigeración, colaboraron para que Paz tenga lo que necesitaba.
Sin embargo sigue necesitando apoyo. Nuevamente necesita otros Rollers, porque con 11 años está en pleno crecimiento. La niña hace todo lo que está a su alcance, la mamá cocina rosquitas, empanadas y pasteles que ella ofrece con el fin de lograr su objetivo.
En su horizonte está la idea de debutar en la liga marplatense de patín para en un corto tiempo ser federada. La acompaña su entrenador, Guillermo Paez, quien le ha enseñado a patinar con el compromiso y la disciplina que la actividad requiere.
Los colores verde y blanco del Club Atlético Hinojo la alzan en su vuelo de velocidad. Es una niña que ya sabe de la gloria pero también del sacrificio. Ella siente el compromiso con su actividad por eso luce con orgullo la albiverde, igual que el número 44, en permanente homenaje a los tripulantes del Submarino Ara San Juan, sabiendo que uno de ellos es también hijo de una familia de Hinojo.