El lodo, la marea humana y 10.600 millones de euros

Por Abogada Liliana Pizarro Martinefsky* –

El pasado 29 de octubre la Comunidad Valenciana sufrió una de las más letales inundaciones de las últimas décadas causada por una DANA donde más de doscientas personas perdieron la vida y decenas aún continúan desaparecidas.

La DANA, es un fenómeno meteorológico que significa “Depresión Aislada en Niveles Altos” y comenzó a ser utilizado por meteorólogos españoles para explicar lo que antiguamente se le denominaba “gota fría”. Se trata del desencadenamiento de lluvias torrenciales que se dispersan a lo largo de la costa mediterránea a finales del verano o principio del otoño. Consiste en la presencia de una masa de aire frío que queda aislada circulando a más de 5000 metros de altura y cuando choca con el aire cálido y húmedo del mediterráneo genera este tipo de tormentas. Se las suele equiparar a los huracanes del Atlántico o tifones de Asia, pero la diferencia está en su corto recorrido, aunque puede durar varios días. Este fenómeno tiene un alto potencial destructivo y su ferocidad depende en gran medida de factores como la humedad y el aumento de las temperaturas que a causa del cambio climático se están produciendo en todo el planeta.

Si bien este fenómeno ocurre todos los años en la misma zona, esta DANA fue absolutamente destructiva, atroz y cruel de la manera en que ocurrió y con la rapidez que provocó el desbordamiento de los caudales.

La alarma roja emitida por la AEMET (Agencia Española de Meteorología) ese mismo día por la mañana a las autoridades de la Comunidad Valenciana, no fue suficiente para que se adoptaran las medidas oportunas. No se dio ninguna orden de evacuación para poner a salvo a las personas ante una posible catástrofe. Cuando comenzó el diluvio, por la tarde y aproximadamente durante cinco horas, la cantidad de agua acumulada era de tal magnitud que originó el desbordamiento inmediato de los caudales y la entrada de lodo y agua a unas setenta localidades valencianas, afectando también a zonas de Castilla La Mancha y Andalucía. Posteriormente se trasladó por la zona de Barcelona provocando más inundaciones.

En algunos lugares, el agua dejó su marca por encima de los dos metros de altura. El espectáculo fue dantesco y aterrador. El agua arrasó puentes, carreteras y casas dejando incomunicadas a varias localidades como Paiporta, Picanya, Sedavia, Chiva, entre otras. Las personas, desorientadas y aterradas lograron ponerse a salvo donde pudieron, en los pisos superiores de los edificios, sobre el techo de sus coches que navegaban a la deriva, trepándose a los árboles, sobre los tejados de naves industriales y muchas otras, lamentablemente, fueron arrastradas por la corriente y de las que aún se desconoce su paradero. Familias enteras quedaron fracturadas por la muerte de seres queridos, por la desaparición de sus mascotas, por la pérdida de sus casas, sus automóviles o sus negocios. El lodo se adueñó de su intimidad, de sus recuerdos, manchó y destruyó sus enseres más preciados y sus documentos. En otras palabras: arrancó la dignidad de sus vidas volviéndoles vulnerables y desamparados ante la insoportable tragedia.

Al día siguiente, aún con los garajes totalmente anegados por el agua, sin saber si en los coches aparcados había sobrevivientes, con las calles llenas de barro, sin agua potable, sin luz ni comida, los habitantes comenzaron a sacar los muebles a la acera, a quitar el lodo y el barro de sus casas, como podían. Utilizaban lo que tenían a mano, daba lo mismo una escoba o una tabla de madera, con la ropa mojada y embarrada, incluso sin calzado, empezaron a quitar con sus propias manos todo lo que el agua les había dejado. Gritos de ¡auxilio! y palabras de ¡por favor, necesitamos ayuda! comenzaron a circular por las redes sociales. Las personas más cercanas a estas localidades no dudaron en salir de sus hogares, comprar baldes, lejía, guantes mascarillas y escobas y dirigirse por voluntad propia a los pueblos afectados para ayudar. Este fenómeno se le ha llamado: “la marea humana”. Posteriormente se pusieron en marcha los servicios de salvamento, bomberos, militares, servicios de emergencia médicas para asistir a quien lo necesitare. Todos éstos esperaban las órdenes para actuar. Pero dada la magnitud de los sitios afectados, los servicios llegaron tarde, fueron pocos o no han podido controlar todas las situaciones.

El día 3 de noviembre, en la localidad de Paiporta se presentó el Rey Felipe VI y la Reina Letizia, junto al presidente Pedro Sánchez y el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, con el objetivo de apoyar a los vecinos y vecinas y dar su más profundo pesar por los fallecidos. El encuentro duró muy poco. Fueron recibidos con gritos de ¡Asesinos!, ¡Fuera!, ¡Dimisión!, etc., además de lanzarle barro y objetos contundentes a los visitantes, entre lágrimas les hacían preguntas aterradoras: ¿por qué no nos avisaron? y ¿por qué no han venido a ayudarnos? ¡Nos hemos sentido abandonados!, ¡sólo el pueblo nos ha ayudado! – repetían angustiados.

Las autoridades abandonaron el sitio y se pudieron retomar las actividades de limpieza que estaban suspendidas por las medidas de seguridad previas a la visita.

Hoy en día continúan las labores de rescate, la retirada de vehículos de los sótanos, la búsqueda de desaparecidos y la ayuda, que no cesa de los y las voluntarias, de la marea humana. Se han organizado en todo el país campañas de recogida de alimentos, enseres, ropa, medicinas, material escolar, etc. y se llevan en camiones hacia estos pueblos afectados. Muchas de estas ayudas son entregadas directamente a las personas afectadas, sin intermediarios o puerta a puerta. El motivo: el lodo y el agua ha traído también lacras humanas que aprovechando la vulnerabilidad de las familias afectadas saquean las casas, abandonan la comida donada en cualquier sitio en lugar de repartirla o no distribuyen lo donado a sitios donde aún no ha llegado la ayuda. Entre la mala gestión y los oportunistas el panorama se vuelve aún más desolador.

Por último, y no menos importante, el presidente del país Sr. Pedro Sánchez ha anunciado hoy el primer paquete de medidas destinada a los y las ciudadanas afectadas de la comunidad valenciana: una ayuda económica de diez mil seiscientos millones de euros para paliar los efectos de la DANA, acompañados de otras medidas extraordinarias de aplicación inmediata.

*Colaboración Especial desde España para En Provincia – alimotxe54@gmail.com

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