Cuando planificamos unas vacaciones donde sea que viajemos por 10 o 15 días llevamos ropa por las dudas, por si hace frío, calor o por si llueve. Cuando salimos por muchos meses en la combi hay que pensarlo mejor: ¿Dónde vamos y que temperatura vamos a tener?
En nuestro caso y en este viaje salimos rumbo a Brasil donde ya sabemos que la temperatura nunca es baja porque aunque llueva el clima es cálido y húmedo.
Cargamos en la combi toda la ropa de verano que íbamos a necesitar, remeras, mallas, ojotas, vestimenta de playa etc. Pero si leyeron el diario de viaje del sábado pasado: Diario de un viaje: sueños para el comienzo de una vida la pregunta es ¿Y ahora?
No pudimos cruzar a Brasil y estamos en Córdoba con la única ropa más abrigada que es con la que salimos de casa. Cuando nos dimos cuenta de eso, nos reímos mucho, por suerte agarramos unos chalecos y camperas por la insistencias de Hugo de que, capaz a la vuelta nos haría falta, pero bueno, andamos todos los días con la misma ropa, la lavamos y nos la volvemos a poner.
Nuestro recorrido por Córdoba está siendo muy tranquilo, elegimos lugares donde nos podamos quedar varios días y disfrutar de la naturaleza, entre esos sitios estuvimos en Río Tercero y Embalse dónde pasamos unos días maravillosos, aunque sin internet y muchas veces sin señal de teeléfono y eso, aunque parezca mentira, también se disfruta y hacemos otras cosas, como salir a caminar solos o con nuestra perrita Bianca, andar en el bote, conversar con la gente y charlar entre nosotros de cualquier tema.
También tenemos algunas películas para mirar a la noche. Durante el día siempre tenemos actividad, hasta dormir una siesta, si tenemos una parrilla hacemos carnes y verduras asadas para después ir consumiendo. A mí me gusta mucho cocinar así que siempre planificamos juntos qué vamos a almorzar o cenar de rico, nos podemos hacer la comida que queramos, tenemos una cocina con horno, una olla horno y todo lo suficiente para cocinarnos lo que tengamos ganas.
Un día decidimos salir rumbo a Villa General Belgrano, donde ya habíamos estado en dos oportunidades más, paramos frente a una plaza donde había wifi libre y ahí aprovechamos a hacer cosas por internet, luego salimos a hacer compras para la cena y comprar alguna mermelada artesanal para las meriendas, como vimos que la ciudad estaba muy tranquila decidimos quedarnos en ese lugar y ahí descansar para el día siguiente continuar viaje.
Pasadas las 23:00 horas se acercó una señorita diciendo que era de la municipalidad a avisarnos que por ordenanza municipal no podíamos pernoctar en ese lugar, a lo cual nosotros le pedimos que nos muestre tal ordenanza, porque ahí no había ningún cartel que nos avisará nada, ella por supuesto no la tenía y nos invitaba a que fuéramos a un camping a lo que nosotros le dijimos que no, porque nuestra combi está equipada para ser autosustentable y también le prometimos que al otro día nos íbamos y con esa condición nos dejó quedarnos.
Estábamos indignados, no nos gustan que nos echen de un lugar sin importarles la hora que sea o si en la cena habíamos consumido alcohol, al otro día Hugo fue hasta municipalidad a qué le muestren la ordenanza que por supuesto no existe.
Gracias a Dios en los años que hace que viajamos, esto nos pasó solo dos veces, ahí y en Villa Pehuenia dónde ocurrió exactamente lo mismo.
Sin ánimo de estar discutiendo con nadie porque nosotros estamos paseando, tampoco queremos que se nos trate así solo por andar en un motorhome. Que les llamen la atención a los que dejan basura o hacen algo que no se debe, pero a los que estacionamos y solo permanecemos en nuestro vehículo ¿por qué? ¿A quién molestamos? Lo feo de esto es que te vas de la ciudad con un sabor amargo, cuando en este caso Villa General Belgrano es un lugar hermoso para visitar y conocer. Pero bueno, son pequeñas cosas que pasan que por suerte no opacan todo lo lindo que vivimos en esta vida que elegimos diferente.
Seguí todos los sábados En Provincia esta aventura de Bianca, Fabiana, y Hugo.