Alejandro Finocchiaro, Emiliano Yacobitti y Pablo Domenichini protagonizaron una encuentro virtual. Educación y Libertades era el encuadre de la cita, pero el intercambio entre los tres políticos transitó también esta incipiente etapa de diálogo entre el Gobierno y la oposición, los riesgos que potencia la especial coyuntura y el formato de la coalición que se prepara para la alternancia.
El marco de las dificultades amplificadas por el coronavirus atravesó todas las exposiciones y preguntas. A Emiliano Yacobitti, diputado nacional, como hizo ayer Martín Lousteau tras el encuentro con el Presidente, le tocó proyectar algunas de las consecuencias económicas que enfrentará la sociedad argentina pospandemia: “Este momento nos encuentra en un inicio del diálogo con el Gobierno. Una búsqueda de consensos imprescindible teniendo en cuenta que solucionar los problemas generados -y entre ellos enumeró la caída de la actividad de dos dígitos- superará el período de Alberto Fernández. La Argentina necesitará unos tres o cuatro años para volver al nivel que tenía en el verano que dejamos atrás. El volumen de los inconvenientes, y las urgencias que provocan nos comprometen a trabajar con el oficialismo”.
“Más que nunca, el oficialismo, debe ser sincero para que ese diálogo sea fructífero en los hechos y no una escenografía”, indicó Alejandro Finocchiaro, ministro de Educación de la Nación entre 2017 y 2019.
“Un trabajo que incluye mostrar cuáles son los errores -aclaró Yacobitti-. Como cuando advertimos signos que nos hacen sospechar que alguien piensa que se puede sacar provecho de la situación”.
Para el diputado, es necesario “construir un radicalismo que esté a la altura de lo que puede aportar a la coalición, que hoy se llama Juntos por el Cambio, y que puede cambiar de nombre porque, como muchos, estoy convencido de que tiene que incorporar a otros sectores. No podemos ser ingenuos, nadie quiere liderar solo el 41%. Nosotros hacemos política para transformar la realidad. Y lograrlo requiere construir una alternativa de poder. Esa posibilidad de alternancia, además, posibilita que el Gobierno nos escuche en realidad. Tenemos el desafío de sostener el mejor frente político. Y eso va a posibilitar que no vuelva la política del abuso, del vamos por todo. La mayoría de los radicales de nuestra generación conciben a nuestro partido como el garante de la igualdad. Tenemos que aprovechar este tiempo para ir a cada lugar, apuntalar un mandato que debemos darnos: volver a gobernar, y que nadie tenga dudas de qué vamos a hacer cuando llegue ese momento”.
Finocchiaro señaló ese trayecto: “Me hace mucha ilusión ver a esta sangre joven recorriendo la provincia y renovando la política. Sobre todo, porque comparto la concepción que llevan sobre las libertades, la igualdad, la república”. No eludió citar a Evolución Radical, la corriente nacida en CABA de la que hoy Domenichini articula el cruce a la provincia de Buenos Aires.
A la hora de repasar los valores esenciales, Yacobitti precisó: “Es importante ver la vigencia de los que sostuvieron nuestra gestión, como son la defensa de la salud y la educación pública, principal herramienta de igualación social. Los problemas de la Argentina no se van a resolver de otra manera”.
“¿De qué hablamos cuándo hablamos de educación?- se preguntó Finocchiaro-. Por supuesto que hablamos de conocimientos significativos, de adquirir las habilidades que reclama este siglo, pero no podemos olvidarnos de la imprescindible construcción de ciudadanía y la incorporación de valores. Déficits que vemos aquellos a los que nos toca trabajar en lugares como el conurbano, donde vemos a muchas personas que ni siquiera saben que tienen derechos básicos. No podemos transigir en la búsqueda de formarnos con espíritu crítico. Enseñar todas las voces para que, después, cada uno pueda elegir. Tenemos que ser artífices de un país con la más amplia diversidad, en todo sentido”.
A nadie de los dos centenares de asistentes se le escapaba el puente entre los dos espacios políticos representados en el zoom, UCR (y con más precisión, Evolución) y el PRO. Sobre eso, Finocchiaro puntualizó: “También nos une volver a poner a la educación pública en el Estado, que es de todos, en lugar de dejarla en manos de algunos sectores”.
Para Domenichini, no es menor repasar el rol del Estado en estas cuestiones: “El Covid-19 desnudó el estado del nuestro. No podemos seguir anclados en una mirada binaria. Es un falso dilema tener que elegir entre un Estado que logre resolver las grandes desigualdades que padecemos con otro que resuelva los obstáculos a nivel macro y nos haga competitivos. Debemos aprovechar nuestra experiencia en la gestión para construir un Estado eficiente y sensible, que invierta mejor. Con más y mejor información para diseñar políticas públicas y que pondere con precisión los lugares hacia los cuáles dirigir los recursos. Si no lo logramos, seguiremos padeciendo los problemas que nos tienen anclados desde hace décadas”.
El espacio de las preguntas de la reunión llevó a los protagonistas a mirar especialmente la situación del sistema de educación superior:
“La gratuidad ya no alcanza, debemos ir más allá. Las Becas Progresar fueron un buen primer paso, pero debemos seguir en ese camino. El Estado debe articular con el sector privado, como pudimos hacer en nuestra gestión con la Cámara de la Construcción. Hay que planificar, de la mano de las universidades, la oferta de todo el sistema, cruzarla con la demanda del sector productivo, apuntar hacia las áreas de conocimiento vacante en las distintas regiones del país. Solo así podremos alcanzar un desarrollo federal armónico”, explicó el exministro.
“Es bueno ver un movimiento estudiantil comprometido con la sociedad en este momento, sin partidizar”, dijo Yacobitti. “Al presupuesto de las universidades debemos defenderlo en la Cámara. No podemos dejarlo solo en las voces de los rectores. A ellos les toca ejecutarlo, nosotros debemos garantizar los presupuestos independientemente de la relación de tal o cual rector con el Gobierno. Si no tenés autonomía para funcionar con los recursos, no hay posibilidad de tener autonomía en ninguna otra cosa”, sentenció.