Personas privadas de libertad que participan de un taller de carpintería dentro de una cárcel bonaerense de Gorina elaboraron bancos de madera y los donaron a la Escuela Especial “Ana Sullivan” perteneciente al Instituto de Psicopedagogía Especial (IPE) de la ciudad de La Plata, donde asisten menores desde los 45 días hasta los 21 años de edad.
La producción de los bancos se desarrolló en la Unidad 18 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en el marco del programa “Más trabajo, menos reincidencia” impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Julio Alak.
Además de la donación los bancos, se realizó la entrega de una caja con instrumentos musicales producidos en contexto de encierro con materiales reciclados.
Se trata de un kit de percusión que consta de cajas chinas, sonajeros, toc – tocs, palo de lluvias y chiqui – chiquis, elaborados en las Unidades 26 Lisandro Olmos y 34 Melchor Romero a través del programa ECOS, propuesto por el Equipo de Producción Artística y Cultural de la Dirección Provincial de Coordinación, Producción y Trabajo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.
Los instrumentos musicales se elaboran principalmente con materiales reutilizados del programa Qunita Bonaerense, donde en polos industriales carcelarios se fabrican cunas para mujeres carecientes.
Los alumnos de la Escuela, ubicada 41 entre 19 y 20, como agradecimiento, cocinaron en el taller de gastronomía bizcochitos para los internos y también entregaron escarapelas de papel a las autoridades que se presentaron en la entrega de la producción.
Estuvieron presentes Marcelo Iafolla (Director de Coordinación, Producción y Trabajo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos), desde el SPB, Norma Díaz (Directora General de Asistencia y Tratamiento), Eduardo Maigua (Subdirector General de Trabajo), Martín Tancredi (Jefe del Departamento Regional de Cultura Laboral) y Daniel Pedrozo (Jefe de Producción de la Unidad 18), y desde la IPE, Sabrina Richieri (Asistente Educacional), Maximiliano H. Durso y Diana A. Perozo (Representantes Legales), Carolina Pellegrino (Directora), Marta Castillo (Presidenta de la Asociación Civil) y demás miembros de comisión directiva.
También acompañó Germán Barón, del equipo de producción cultural y artística de la cartera de Justicia y Derechos Humanos.
Durso sostuvo “es muy positivo que los privados de libertad se vinculen con la comunidad educativa, ya que a través del trabajo realizado en las unidades se genera un valor agregado muy importante que repercute en la sociedad en su conjunto, siendo que el trabajo es uno de los pilares fundamentales dentro de la Asistencia y el Tratamiento en las unidades penitenciarias”.
En tanto, Pedrozo, indicó que “los internos se capacitan previamente para realizar los distintos trabajos en madera”.
En este espacio las personas privadas de libertad se forman en un oficio y realizan producciones y donaciones en servicio a la comunidad, tal como lo contempla el programa “Más trabajo, menos reincidencia”.
En el marco de un emotivo acto que se llevó a cabo este miércoles, los alumnos se mostraron felices y hasta explicaron los pasos para elaborar los bizcochitos. También hicieron preguntas y agradecieron a los presentes con aplausos cargados de afecto.
El IPE, que funciona desde 1971, tiene una matrícula de 160 alumnos con inclusión.
Pellegrino afirmó que “estos bancos que nos donaron van a impactar directamente en los alumnos que concurren a esta Escuela, y estamos muy agradecidos”.
Lafolla explicó que a los alumnos que en las cárceles hay talleres y que en uno de ellos se efectuó la fabricación de estos bancos y que ahora se están elaborando estanterías y escritorios.
Luego de la entrega, los alumnos manifestaron su alegría y brindaron a los presentes una interpretación de “Mi Bandera”, utilizando los instrumentos obsequiados.
Fotografías: Prensa del Servicio Penitenciario.