Desde el contrabajo y la voz, Lara Fichera hace jazz “En el Filo”

La cantante y contrabajista platense Lara Fichera estrenará en dos sábados sucesivos en Buenos Aires y en su ciudad, las cuatro piezas reunidas para “En el Filo”, su álbum debut que registró en trío y que la artista define “como un ritual para viajar catárticamente”.

“Este disco es para mí un ritual para sacudir el polvo que se dejó reposar sin querer, y despedirnos, de la manera más elocuente, con una canción de cuna que nos deje despiertos y vibrando”, postula, poéticamente, Fichera en charla con Télam.

“En el Filo” se aprecian versiones de “Inútil Paisaje”, de Tom Jobim y Aloysio de Oliveira; “Round Midnight”, de Thelonious Monk; “The Peacocks”, de Jimmy Rowles; y “Wiegenlied”, de Johannes Brahms.

Y a la voz, el contrabajo y los arreglos de la muchacha se suma

Andrés Martínez en piano, teclado y arreglos y la participación especial de Agustín Cáceres en batería.

Para el par de presentaciones previstas para el próximo sábado a las 21 en Sala Casals-Sadaic Música (de Av. Corrientes 1660 en el porteño Paseo La Plaza) y para el 3 de diciembre a las 21 en Sala 420 (Calle 42 número 57), se agregarán artistas al terceto.

-Para este primer álbum escogiste puntillosamente cuatro obras ¿qué buscaste con esa selección?
En el instante en que decidí grabar fueron estas obras las que primero vinieron de mi memoria. En principio no me pregunte por qué y comenzamos a experimentarlas, a explorarlas. A la distancia comencé a reconocer que fueron composiciones que llegaron en momentos y lugares bien distintos y definidos de mi vida, que me movilizaron profundamente. “Inútil Paisaje” me deslumbró a mis 15 años y fue parte de mi primera presentación cantando y tocando. Thelonious Monk sonaba en el living de mi casa y soy bastante fanática, casi mágicamente “Round Midnight” fue el primer tema que tocamos juntos con Andrés en una jam de jazz y en ese momento supimos los dos que algo estaba sucediendo y fluyendo, era imposible retroceder. “The Peacocks” me divirtió apenas lo escuché en la misma jam, me intrigó y llenó de deseo. Y el “Wiegenlied” de Brahms forma parte del repertorio que abordé en la Universidad Nacional de las Artes cuando estudié canto lírico.

Es infinita la cantidad de música con la que nos vamos cruzando pero algunas pocas resuenan íntimamente y encontramos algo para decir con ellas.

-¿Se trató de mostrar las diversas posibilidades expresivas del proyecto o una unidad estética conformada por variadas vertientes?
Es una unidad estética en donde el modo de abordar la música es el hilo conductor más que lo estilístico en sí. La improvisación, la visceralidad de las emociones que se expresan, la espontaneidad del diálogo en el trío, la sonoridad de la grabación en formato “live session”. La unidad tiene que ver con hacer equilibrio en ese lugar desde el cual pasa algo que no podemos describir pero sabemos que pasa.

-¿Cómo ves la escena jazzera actual y qué aporte pretendés dar a ella con esta propuesta?
El escenario jazzero está creciendo por todo el país, siento que este apasionante lenguaje nos convoca cada vez a más a personas que buscamos anclarnos en el presente, con la seguridad que de esto surge un esperanzador instante posterior.

Mi intención es estar disponible y permeable para expresar músicas que nos ayuden a retornar a algún lugar más esencial. Pretendo tener el valor de tomar los caminos expresivos que me permitan ir un poco más profundo.