Por Lic. María Laura Lezaeta* –
La familia es el primer ámbito en el cual los niños y niñas, empiezan a desarrollar los valores y habilidades sociales que los acompañarán toda su vida. Cómo adultos, tenemos la responsabilidad de cultivar desde temprana edad el respeto, la empatía, la amabilidad y por sobre todas las cosas la no violencia, respetando y tolerando las diferencias de los demás.
Muchos serán seguramente los interrogantes que como familias nos hacemos a la hora de inculcar dichos valores, sobre todo cuando los chicos de manera diaria ven actos de violencia en diferentes contextos: Noticias, Bullying en la escuela y en las redes, Juegos de video entre tantas situaciones más.
Si bien no podemos tener el control de muchas de las situaciones que los chicos/as presenciarán a diario, si está en nuestras manos transmitirles y aportarles herramientas que los ayuden a discernir y desarrollar un pensamiento crítico. ¿De qué manera?:
Predicar con el ejemplo
Es importante tener presente que los chicos todo el tiempo nos observan, y no es tanto la influencia de lo que decimos sino de lo que hacemos, la que guiará su comportamiento. Si les decimos que no deben ser violentos, y en casa ven actitudes agresivas tanto de acción cómo de palabras, o apoyamos personajes, celebridades que son violentas, les creamos una disyuntiva muy difícil de comprender. La coherencia es fundamental.
Propiciando espacios de diálogo con ellos
Escucharlos es una de las maneras en la que podemos transmitirles nuestro respeto e interés por sus opiniones, lo que facilitará que ante situaciones de violencia que vivan o ejerzan hacia otros, tengan la confianza de comunicárnoslo.
La Tv, series, películas y Libros como “ejemplo”
Valernos de situaciones que vemos en la tele o en libros para conversar con ellos sobre qué piensan sobre las acciones de los personajes. Con los más chicos podemos utilizar los libros de cuentos y con los más grandes lo que ven en las series y de esta manera podemos saber que opinan y cómo podrían ser sus respuesta ante situaciones similares, ya que como vemos con el lenguaje neutro, que replican en lo cotidiano, absorbido de la tv, lo mismo puede pasar con las situaciones y reacciones que ven, pero si estamos con ellos para ser su guía podemos darles un mejor rumbo y además acercarnos a sus intereses.
Plantear situaciones hipotéticas para trabajar la asertividad
Para fomentar la expresión de sus emociones y opiniones de forma asertiva, podemos tomar como preguntas disparadoras situaciones hipotéticas como por ejemplo “¿si un compañero te saca un juguete… cómo reaccionarías?”, “¿si a un amigo te critica… cómo le dirías de mejor manera que te molesta, sin ser agresivo/a?”
Trabajar la autoestima y puesta de límites
Cuando les transmitimos nuestra confianza, nuestro afecto, contención y somos empáticos con sus emociones y opiniones que nos comparten, les enseñamos a quererse a sí mismos. Esto es fundamental, ya que cuando se valoran como persona pueden poner límites a situaciones o personas que ejerzan algún tipo de violencia hacia ellos.
Fomentar el respeto y la tolerancia
Educar en ser tolerante con las diferencias de las personas. Enseñarles que nadie tiene la verdad absoluta, que cada uno tiene derecho a expresar su opinión, siempre y cuando no se agreda a la otra persona. Que el límite es cuando para mantener o defender una opinión, pensamiento, gusto o idea diferente, se busca agredir al otro.
Si bien, como mencionamos anteriormente, no podemos tener control de muchas situaciones de violencia que puedan ver o vivenciar, sí, siguiendo estas pautas, podremos brindar un espacio para que se sientan contenidos, fortalezcan su autoestima y sobre todo puedan discernir y entender que lo visto en las noticias, series o en las situaciones propias, no es lo esperable, y de esta manera desnaturalizar la violencia como ejemplo, sabiendo que en el hogar puedan encontrar la contención necesaria para ellos.
* Psicóloga infantil, y co-fundadora de JUEGOlogía, (Instagram @juegologia) donde desde hace varios años equipan a profesionales de la salud y padres con herramientas lúdicas y terapéuticas para trabajar diferentes áreas cognitivas, emocionales y sociales en niños.