El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) decidió que el perro llamado “Coco” haga la cuarentena y sea vacunado contra la rabia en un espacio cedido por la Aduana, en la zona primaria del aeropuerto internacional de Ezeiza, donde se encuentra en este momento.
El organismo informó que “Coco”, el perro que arribó con su dueño al aeropuerto de Ezeiza proveniente de Hungría sin su Certificado Veterinario Internacional (CVI) y con su vacuna antirrábica vencida, se encuentra en custodia “hasta que se defina su regreso al país de origen”.
“El animal no puede ingresar al país porque se pone en riesgo a la población que tome contacto con el mismo, que en estas circunstancias es un potencial factor de riesgo ya que al tener la vacuna antirrábica vencida, podría incluso ser un portador de esta enfermedad que afecta a los humanos”, reportó el Senasa a través de un comunicado.
“Dado que la vacuna tarda 21 días en brindar la inmunización al animal, su ingreso sin la vacuna correspondiente representa un riesgo para la salud pública y una responsabilidad para el Senasa que esté sin protección antirrábica”, agregó.
El Senasa advirtió que “en este caso no se cumplieron los requisitos sanitarios exigidos y disponibles en la página web oficial del Organismo, para la importación de perros y gatos, que se requieren para todos los ingresos desde cualquier país de origen”, y recordó que el país de origen es el responsable de autorizar el embarque de los animales con la documentación sanitaria exigida por el país de destino.
El Senasa, para proteger la salud pública, exige “que los ingresos de perros y gatos se realicen conforme a los requisitos sanitarios vigentes, en especial aquellos referidos a rabia, que es una enfermedad que afecta a los humanos y puede causar la muerte”, explicaron desde el organismo.
En el caso de “Coco”, la condición de salud como la vacuna antirrábica, que además está vencida, no fueron avaladas por el servicio veterinario del país de origen (Hungría) con lo cual, la situación sanitaria de este animal es desconocida y por lo tanto corresponde su reexportación.
Voceros del Senasa reconocieron que “el perro no tiene la culpa, pero la ley dice que no puede entrar” por incumplir los requisitos sanitarios, y aseguraron que los controles son “muy estrictos en la frontera” en Argentina ya que “cuidamos mucho el estatus fito y zoosanitario del país” para evitar el ingreso de cualquier tipo de enfermedad.
“El perro no está con su dueño y está aislado, pero está atendido por la brigada canina en Ezeiza. Está tranquilo, alimentado e hidratado”, dijo el vocero del Senasa en diálogo con Télam este mediodía.
También se indicó que estos hechos “no son muy frecuentes” y destacaron que “la responsabilidad primaria en este caso compete a su dueño y a la compañía aérea que lo trajo desde España a la Argentina, con escala en Colombia”.
“Llama la atención que haya podido embarcar, porque (el dueño) sabía que la vacuna se vencería” antes de ingresar al país, indicaron desde el Senasa.
Por último, para evitar este tipo de casos, desde el Senasa recomendaron verificar la información sobre ingreso de perros y gatos al país existente en su página web.