Me llamaron orgullosa cuando dije que no quería ir a una reunión con gente hipócrita.
Me llamaron mala mujer porque no me ponía de alfombra para complacer a gente que no me apreciaba.
Me dijeron egoísta cuando empecé a pensar en mí.
Murmuran diciendo que estoy loca, que ya no soy la misma porque aprendí a decir no quiero, no me complace, no me gusta.
Y cuando me quedé en casa aprendí que mi tiempo es valioso y hermoso, no debo compartirlo por obligación con nadie. Si no me hace feliz ya no lo quiero, ya no lo hago.
Me llaman loca, bruja, mala, rara, vanidosa por ser auténtica y si les molesta mi existencia que me ignoren y que se quiten del camino porque voy de frente, con tacones y sonriendo.
Mariana Bianchi. Aprender A Vivir – Sergio Madrid