Algunos datos de insectos entre la vida y la muerte

Una cucaracha con un bulto pegado a su abdomen, es una hembra protegiendo a su progenie, lo llevan haciendo millones de años.

La mayoría de estos insectos crean unas cápsulas especiales, denominadas ootecas, donde llevan a sus huevos hasta que nacen las ninfas y se vuelven independientes de la madre.

El cuidado parental en insectos no solo es antiguo, también es increíblemente amplio y diverso. Ha evolucionado en multitud de ocasiones para hacer frente a distintas amenazas y toma todas las formas imaginables posibles.

Es importante destacar que los insectos no pueden generar su propio calor, y uno de los principales retos a los que se enfrentan es a sobrevivir en condiciones ambientales adversas.

Hay una especie de escarabajo enterrador que cría en cadáveres de pequeños vertebrados. Cuando las larvas nacen, se alimentan de este cadáver y siguen gozando de los cuidados parentales.

La supervivencia es necesaria en todas las especies. Por eso la vida debe ser respetada en todas.

Se destaca un caso extremo de aprovisionamiento, es con la tijereta jorobada (Anechura harmandi). Las ninfas matan y se comen a su madre antes de abandonar el nido.

Estas madres no intentan escapar del canibalismo ni producen una segunda nidada si se las aísla de sus ninfas. Simplemente, se trata de un caso de cuidado parental muy comprometido.

En algunos insectos, las tareas de crianza pueden ser tan laboriosas que se requiere la participación de ambos progenitores. El mencionado escarabajo enterrador es monógamo y tanto mamá como papá ayudan en la crianza.

Ella se suele encargar de la alimentación y él de la vigilancia, aunque ambos defienden a sus pequeños atacando a los intrusos de forma cooperativa. Estos suelen ser otros escarabajos enterradores, ya que en esta especie los infanticidios son habituales.

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