Alan Sabbagh protagoniza “El sistema KEOPS”, la muy buena película de Nicolás Goldbart, que se estrena este jueves en sala y que pone en pantalla una persecución, tanto física como psicológica, que si bien parte de la fantasía, “quizá, a la larga, no esté tan errada”, reflexiona el actor.
Fernando (Daniel Hender) es un guionista que vive en calzoncillos, tiene poco diálogo con su esposa y su hija adolescente prácticamente lo detesta. Su vida es estar delante de la computadora navegando por internet, leyendo guiones o haciéndole bromas por redes sociales a sus amigos. En uno de eso tediosos momentos, ingresa a la página equivocada y, a partir de ahí, comenzará a ser observado, perseguido y grabado por esta logia llamaba “KEOPS”.
En un intento por salirse, lo llama a Sergio (Sabbagh), quien no quiere hablar ni pensar, solamente encontrar a los culpables y “cagarlos bien a trompadas”.
“La película -comenta Sabbagh desde Montevideo, donde se encuentra filmando una serie para Star+- habla un poco de la paranoia de ser perseguido, pero potenciada por mil. Viste que a veces falta que te pongan la publicidad de lo que hablaste ayer a la noche con tus amigos, aunque le hayas deshabilitado el micrófono al celular. Hay una fantasía colectiva, que siempre está a tiro. Quizá, a la larga, la película no esté tan errada”.
“El Sistema KEOPS” amalgama géneros, personajes y guiños cinéfilos, acompañados por una muy buena banda sonora, en una cinta que puede escapar al nicho gracias a su plasticidad y apertura tanto visual como narrativa.
Para, ello Goldbart echó mano a dos de los mejores comediantes que tiene el cine nacional, como son Hendler y Sabbagh, en una película que se desarrolla en menos de 24 horas, con la premisa de “una persona común, en situaciones extraordinarias”, que hará que cada decisión que tomen sea un paso más hacia el abismo controlado por dos adolescentes tan nerds como macabros.
“La primer reunión la tuve en 2015 o 2016 con Nicolás y Hendler. Se iba a filmar a los pocos meses, pero por cosas como las que le pasan a mi personaje pero en la realidad, se cayó la posibilidad de hacerla. Pasó el tiempo y de repente se reflotó”, recordó Sabbagh durante una entrevista con Télam.
“Cuando me llegó la propuesta -sostuvo- me volvió loco. Este cine de que a una persona común le pase algo anormal me atrajo mucho. Nunca hice algo así. Y trabajar con Hendler me pareció una linda aventura. Era un guion muy preciso. Estaba muy pensado, muy calculado”.
A lo largo de las casi dos horas de película, Goldbart distribuye guiños a “La conversación” (Francis Ford Coppola), “El club de la pelea” (David Fincher), “La ventana indiscreta” (Alfred Hitchcock) y el spaghetti western, además de la historieta “Astérix y Obélix”, pieza fundamental en la formación del director.
“Yo creo que la película cuenta un cuento y que se entiende bien. A mi me gusta contar guiños con guiños y referencias, pero siempre y cuando el espectador lo entienda dentro de la trama. Acá se entienden; no hace falta conocerlos”, indicó el intérprete.
Si bien hoy una película de 120 minutos parece maratónica, Sabbagh reivindica la duración y se pone crítico de limitar las películas por un hecho comercial. Recuerda las tres horas de “Apocalypse Now” (Francis Ford Coppola) y se indignó al recordar recomendaciones para ver en tres partes “El Irlandés”, de tres horas y media. “Y eso que estamos hablando de una película de (Martin) Scorsese. Es una locura que uno no pueda verlas”.