Agustina Banegas, la voz que se proyecta al país

Desde Roque Pérez, y con un estilo que fusiona tradición y sonidos contemporáneos, Agustina Banegas se abre paso en la escena folclórica nacional.

Desde la apacible localidad de Roque Pérez, bien lejos del mundanal ruido que caracteriza a la Ciudad de La Plata -aunque lo suficientemente cerca como para hacerse una escapada- el viento del suroeste arrima una potente y afinadísima voz que nos cobija con sus notas. 

Una voz, como un tornado, que nos hace pensar en todas las virtudes de la argentinidad y que, a la vez, ambiciona con proyectarse en cualquier escenario que se le plante enfrente. Esa voz pertenece a una cantautora única, cuya impronta resalta no sólo por su sencillez, sino también por la habilidad de fusionar la música tradicional con sonidos contemporáneos, delineando un estilo único y bien personal. 

La voz de Roque Pérez es Agustina Banegas, cantautora que despliega en su repertorio icónicos temas del folclore local, pero también obras de su autoría con el trazo distintivo de ritmos como la chacarera, el huayno y el chamamé, en los que se describen los paisajes, la forma de vida y las costumbres de su Roque Pérez natal. 

Los inicios

“Comencé aproximadamente a los ocho años, bailando. Me contagié de una vecina que iba al ballet ´La Azotea´, de Roque Pérez, y yo le dije a mi mamá: ´Quiero ir´. No sé si sabía muy bien de qué se trataba, pero sí sabía que me gustaba bailar, cantar y actuar”, detalla sus inicios esta morocha roqueperense de sonrisa siempre presente. 

Para luego agregar: “En casa se escuchaba mucha música, y ese juego simbólico de creerme que estaba en el escenario siempre estuvo muy presente. Por supuesto, eso fue bastante fogoneado, aplaudido y potenciado por mi familia, que son artistas, aunque no se hayan dedicado profesionalmente”

Tiempo después, otras habilidades comenzaron a aflorar en la pequeña Agustina: “En paralelo, se estaba quedando en casa un director de coro, amigo de mi hermano, que se hospedaba en casa mientras daba clases. Él estaba a cargo de la dirección del coro municipal. Se ve que notaron algo en mí, algún potencial, y así comencé también, desde muy chiquita, a cantar en coro. Todo siguió en paralelo: danza y canto”.

Ya en 2011, cuando Banegas tenía 17 años, inicia su carrera de solista a partir de las influencias de un gran maestro: “Por ese entonces apareció alguien fundamental en mi vida artística: el ´Negro´ Carlos Colman. Siempre estuvo acompañando al coro, y además teníamos otro grupito en el que nos juntábamos a cantar, a guitarrear, a armar voces, arreglos y demás”, dice Banegas, y agrega: “Fue él quien me propuso despegar un poco de ese trabajo más coral y preparar algo como solista. Esa fue mi primera experiencia sola en el escenario, con tres canciones, en los entonces llamados Torneos Juveniles Bonaerenses.” 

“Fue una experiencia maravillosa y un empuje que me dio respuestas a una búsqueda que quizás no sabía que tenía, pero sí había una llama ahí en el corazón. Y el Negro la vio. Él tuvo la visión de observarla y de hacerla crecer con esa propuesta.”

Es así como Banegas se decide a participar de una instancia regional en la localidad de Azul, donde ganó, y luego en Mar del Plata, donde obtuvo una mención especial. “Creo que esas distinciones me hicieron decir: ´Ah, ok, puedo. Yo puedo, ¿no?´. Y desde ahí no frené más”, prosigue.

Desde allí, fueron múltiples los caminos que se abrieron para Agustina Banegas: “A partir de entonces tuve distintas formaciones: bandas, dúos, proyectos más grandes o más chicos. A veces como solista, a veces con músicos de ciudades vecinas”, señaló, para luego agregar: “También me llegaron propuestas artísticas desde otros lugares, y así fue creciendo y expandiéndose mi camino, cada vez más lejos”.

“Desde los 17 hasta ahora, que tengo 30, actué en un sinfín de escenarios en todo el país, lo cual me tiene fascinada. Estoy muy feliz. Sigo en constante investigación, en permanente creación”, resaltó.

“Las historias que quiero contar.”

Contra lo que se pueda creer, los años de pandemia por Covid-19 resultaron determinantes para el desarrollo profesional de la cantante: “Sobre todo en esa época, me surgió una urgencia: la de contar quién soy, de dónde vengo, qué cosas me interpelan como artista. Y ahí apareció la composición como una herramienta de expresión, algo que no había explorado antes”.

“Habrá que desenvainar las espadas del texto / Y escribir una canción / Aunque no haya algún pretexto”, dice una canción de Andrés Calamaro. 

Y hacia allí apuntó su potencial Agustina Banegas: “Desde 2020 hasta ahora compongo mis canciones, que se entrelazan en el repertorio con obras del cancionero folclórico nacional”, narró.

“Todo converge en las historias que quiero contar hoy, que tienen que ver con homenajear mis raíces, mis costumbres, mis creencias. Aquellos valores con los que me crié, las personas y los paisajes bien de Roque Pérez que me han formado y que me han hecho la artista que soy”, concluyó la cantora invencible. 

Hitos

Varias fueron las postas que supo incrustar Agustina Banegas en los últimos tiempos en su derrotero profesional. Uno de ellos -quizás el más importante- ocurrió en marzo del año pasado, cuando lanzó su primer disco titulado “Homenaje”, material que invita a conocer aquellos sucesos, personas, paisajes y valores que la artista considera parte de su vida y su identidad.

Otro hito: en enero, Banegas fue parte del Festival Nacional de Doma y Folklore Jesús María 2025, compartiendo fecha con Los Nocheros, Jorge Rojas, La Delio Valdez y Ayre. 

De este modo, de Roque Pérez para el mundo, Agustina Banegas continúa tallando su prometedora carrera, abriéndose paso con sus dos poderosas espadas: una voz que es un tornado de sentimientos; y una actitud que intimida, capaz de conquistar cualquier territorio artístico que se proponga. 

Fuente y fotografías:  Cicare & Kan.