Por Elvira Yorio* –
Estas breves reflexiones podrían titularse con rótulos diferentes. “Irrenunciable vocación de servicio a la comunidad”, o “La importancia de custodiar el patrimonio común de nuestra cultura”, o “Preservar nuestra mejor identidad” o “Importancia de las instituciones intermedias” …y muchos más. Lo que pretendemos a través de estas líneas, es destacar la proficua e incesante labor llevada a cabo en este año que finaliza por Cecilia Gamondi. No para destacar sus méritos, suficientemente reconocidos por prestigiosas instituciones mediante el otorgamiento de casi una decena de importantes distinciones, sino para hacer visible esa labor que permitió dar a conocer entre muchos integrantes de la comunidad, cuestiones que le conciernen muy sensiblemente.
En los últimos tiempos asistimos a una renovada actividad en las más diversas manifestaciones del arte, lo que recibimos con alborozo. Pero ese intenso movimiento cultural, exteriorizado a través de conciertos, muestras, conferencias, exposiciones… necesitaba imperiosamente fortalecerse y complementarse con una tarea que implica un compromiso cívico no siempre bien asumido. Cecilia Gamondi lo hizo posible: su formación como arquitecta y dotes para la fotografía, le confieren una mirada enriquecedora sobre una ciudad única por su trazado, concepción, y edificios fundacionales, cuyo sensible deterioro es motivo de preocupación para los que bien la queremos. Desde luego que es menester obtener la participación de los integrantes de la comunidad, cuya colaboración es imprescindible para mantener y recuperar el patrimonio colectivo. Para ello, deben estar interiorizados de cómo está conformado ese capital social que a todos nos pertenece por igual, los peligros que amenazan su integridad y el apoyo que merecen las instituciones de bien público. Es aquí donde esa ímproba labor a la que aludíamos se concretó. Distintas instituciones fueron expuestas con profesionalismo en sus proyecciones extra curriculares, por decirlo de algún modo: Hospital de Niños de La Plata conocido por su excelencia médica, tuvo recientemente la oportunidad de que se difundieran algunos aspectos poco conocidos de la entidad. La Jornada de Arquitectura Hospitalaria y Patrimonio religioso, constituyó un gran acontecimiento que amalgamó la medicina con el arte y la historia y contó con la participación de distinguidos profesionales provenientes de distintas áreas, por ejemplo, el profesor Eduardo Migo, quien disertó sobre los vitraux existentes en el edificio. Como adecuado complemento, actuó el Coro de Niños y Padres Fundación Ludovica. Sería sobreabundante consignar los avales y adhesiones oficiales y privados que tuvo esta jornada de inéditos contornos.
Otro aporte digno de mención fue la muestra fotográfica “Evangelizando desde el arte” centrada en la figura de la Beata Sor María Ludovica, que se desarrolló de consuno con dos comunidades educativas de City Bell, y la participación de docentes, catequistas y autoridades escolares, que llevaron a cabo una tarea interdisciplinaria convergente para posibilitar el logro del objetivo propuesto. El resultado fue muy halagüeño, ya que los niños se motivaron y participaron plasmando sus impresiones en dibujos que también se exhibieron.
El Museo Beato Angélico fue el ámbito elegido para exponer la muestra fotográfica dedicada al Asilo Marín. Ello dio lugar días después a un conversatorio muy ilustrativo a cargo del Arquitecto Raúl Lamas, el Arq. Jorge Mele, el artista Horacio D’Alessandro y la expositora, Arq. Cecilia Gamondi. Esta muestra, sobre la cripta existente en aquella entidad, comprendió asimismo la invitación a la comunidad para visitar esa obra prácticamente ignorada, cuyo autor es el arquitecto Alejandro Christophensen, complementándose luego con un recital de música sacra. El “Hogar de Ancianos Andrea Ibáñez de Marín” acogió la muestra fotográfica que se inauguró con un concierto de música barroca a cargo de Gabriela Galván e Isidoro Roitman, con gran beneplácito del público. A través de éstos y otros muchos actos, liderados por Cecilia Gamondi, se pusieron de manifiesto no solo obras artísticas de nuestra ciudad, que constituyen su patrimonio cultural, sino que quedó demostrado que la integración _ ya sea entre personas de distintas generaciones como profesiones_ posibilita la concreción de ambiciosos emprendimientos en beneficio de la comunidad.
*Colaboración para En Provincia.
Fotografía: Archivo web.