
Por: Ricardo Jaén. (*) –
Nunca pensé que mi breve capacitación en el Curso de Detective resultaría tan útil para estas caprichosas crónicas políticas del presente.
Terribles asesinatos, denuncias de corrupción, narcotráfico, aprovechamiento de información política altamente reservada para beneficiar a terceros, préstamos y compras sospechosas conforman el listado de los temas a evaluar para borronear un análisis de riesgo político de las próximas elecciones de medio término.
El conurbano profundo de la provincia es el territorio donde fueron ejecutadas dos mujeres y una niña de quince años cuyas suertes quizás fueron selladas en algún lugar de CABA con escenografía y montaje al estilo de serie de plataforma, colocando en la superficie de la vida cotidiana la ausencia y complicidad del estado que sufren millones de personas a lo largo de todo el país.
Bullrich y Kicillof cruzan espadas buscando dudosos réditos electorales y sólo ponen evidencia la ineptitud, la corrupción, la desidia y la total falta de empatía con quienes son víctimas del sistema de expulsión y abandono enmascarados con discursos políticos de toda índole.
El “pequeño J” es apenas un mínimo e insignificante engranaje de un sistema donde políticos, jueces, policías, empresarios o banqueros están tan “manchados de sangre” como la escoria que lo perpetró.
En otro lugar del continente, en la lejana Texas en EEUU, el periodista Sebastián Lacunza, nos cuenta que aparece en la justicia el registro de una transferencia que comprometería severamente al candidato José Luis Espert, dentro de una causa donde se lo relacionaría con el narco Fred Machado.
El presidente defiende a su candidato y a su hermana, también sospechada de corrupción en el manejo de fondos del estado, de parte de la oposición, sosteniendo como argumentos que en el primer caso “es una operación que ya se había repetido años atrás para ensuciarlo”, desoyendo al periodista que le dice que “este es otro caso”. Y a su hermana con el siguiente razonamiento “Si vos te podés quedar con el 100 porque te vas a quedar con el 3…”
Volvemos al país del norte, donde el “milagroso” swap de US$ 20.000 millones entre el Tesoro EEUU y el BCRA y la compra de bonos argentinos, que en términos reales volvieron a darle vida política al oficialismo frente a la elección, podrían terminar beneficiando a algunos “amigos” del presidente Trump que se hubieran anticipado a la medida según periodistas locales.
Volvemos a estos lares, el domingo pasado finalmente se confirmó, lo hizo el propio Macri, su reunión con el presidente en una charla de más de una hora. El expresidente en un lacónico mensaje por X dijo “…le dije la verdad.”
Daría la impresión de que, a Milei, según Macri, no le dicen la verdad.
Mientras tanto, la más norteamericana de las campañas, la Cancillería acaba de anunciar un nuevo viaje de carácter oficial del presidente a los EEUU el próximo 14 de octubre con una agenda aún no definida.
Uno estaría tentado a decir que toda la campaña de LLA está centrada “en los conejos de la galera que Trump le conceda a quien hoy actúa como un verdadero jefe estratégico de campaña, me refiero a Scott Bessent, Secretario del Tesoro quien parece ser “el nuevo mejor amigo de Javier”.
Frente a este panorama, Kicillof y Cristina siguen jugando al oficio mudo -ahí se me cayó el almanaque-, en una estrategia de no campaña siguiendo la reflexión del General de que “los otros nos hacen óptimos” y que mágicamente se repitan los guarismos de la elección pasada, que fue hace tan poco pero que quedó muy lejos.
Sólo el grupo Clarín, con la discusión por el 5G de por medio, entre otros temas, sigue, según un brillante analista amigo, “marcándole la cancha al gobierno”.
Por último, lo de Karina a BAKE OFF sería una idea de Santi que no va a pasar, creo.
*Director Académico Cátedra Libre Mariano Moreno. UNLP.
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Fotografía: Archivo web.