La estación Montparnasse de París, llamada entonces Estación del Oeste vivió un accidente inédito e impresionante el 25 de octubre de 1895.
Una locomotora con varios vagones había salido de Granville a las 8:45 de la mañana. Eran tiempo de puntualidad en el ferrocarril.
Durante el trayecto hacia la capital de Francia llevaba unos diez minutos de retraso. Si bien la puntualidad era apreciada, el hecho podía ocurrir y estaba pasando.
Para cumplir el horario era suficiente correr el tren a más velocidad y luego frenarlo más tarde de lo habitual. El maquinista a bordo del tren lo sabía porque tenía casi 20 años de experiencia.
El tren viajaba a una velocidad excesiva. El maquinista activó el freno de emergencia. No se imaginó ese mediodía que el freno de aire no estaba funcionando.
La locomotora no se detenía y además era empujada con tremenda fuerza por los 8 vagones que venían detrás.
El tren ingresó a gran velocidad por el pasillo de andenes de la estación en París y se estrelló contra paragolpes que determinaban el final de las vías. Pero la máquina siguió por el vestíbulo de la estación y atravesó una pared para finalmente caer casi 10 metros y quedar colgada y de punta en la vereda de la estación.
Hubo pocos heridos para tamaño accidente y una mujer fallecida a consecuencia del desprendimiento de mampostería de parte de la pared de la estación.
La locomotora 120-721, estampada contra el suelo de la calle de Rennes. Foto: Studio Lévy & fils
Fotografías: Foto: Studio Lévy & fils.
