
Maté las rosas del jardín, eché veneno a su raíz, sus pétalos suaves y bellos me sabían a poco cuando te veía pasar.
Maté las rosas del jardín, eché veneno a su raíz, las espinas no herían tanto, cómo cuando tu mirada no me correspondía.
Maté las rosas del jardín, eché veneno a su raíz, sus injertos no daban colores nuevos, que tú pudieras merecer.
Maté las rosas del jardín, eché veneno a su raíz, y hoy no tengo nada para dar, tú me has devuelto la mirada.
Pero maté las rosas del jardín.
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