En el ensayo “Los más solos de la Tierra”, una madre le cuenta a su hijo con síndrome de Asperger el proceso dificultoso y por momentos desesperante que derivó de su condición y construye así un texto conmovedor que Silvia Beltrán, su autora, define como “catártico y doloroso”.
La obra, publicada por la editorial 400 Golpes de Santa Fe, ganó en 2020 el premio de ensayo del municipio de esa ciudad, y será presentada este viernes a las 18.30 en la sede de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé), en bulevar Lehmann 398 de Rafaela.
Silvia Beltrán es autora de la novela “Desalmada” y de la obra teatral “La Zócala”, y ahora indaga en el ensayo con “Los más solos de la Tierra”, donde narra una historia conmovedora a partir de su experiencia como madre de un chico con síndrome de Asperger.
Si bien se había prometido no exponer la situación de su hijo porque “todo fue demasiado traumático”, cedió 15 años después a “la necesidad de quebrar esa promesa”, obteniendo como resultado este texto que también puede leerse en clave de novela.
Sobre la escritura, Beltrán explica a Télam que implicó “la posibilidad de contar la historia de la creación de mi propio vínculo materno con un ‘diverso’ en medio de la guerra por su inclusión, dándole un encuadre doméstico hasta para la búsqueda de explicaciones científicas”.
La autora vio en el ensayo “la oportunidad de difundir la problemática del Asperger utilizando ese género en el que no tenía que dar nombres como un vehículo”, a la vez que el concurso, que otorgó a su obra el primer premio, “fue como una excusa”.
Que no incluyera su nombre fue la condición que planteó su hijo para otorgarle a Beltrán una suerte de autorización para la publicación del libro. “Al principio se negaba rotundamente a que yo escribiera y publicara sobre él, sobre todo lo que pasó. Lo convencí a partir de la idea que algo así podría ser leído por personas que tuvieran algún familiar con su problemática, y que podrían sentirse acompañadas y comprendidas”.
También abogada, Beltrán añade como argumento para la publicación que “la denuncia importa, abre caminos, reivindica”, en referencia a las trabas y dificultades con las que debieron enfrentarse a lo largo de los años, desde el simple hecho de lograr un diagnóstico correcto hasta las deficiencias del sistema educativo para integrar a las personas con ese trastorno.
Con los años, el joven ha podido desarrollarse y su experiencia de vida es considerada por Beltrán como “un buen presagio para quienes se desesperan por el futuro de sus hijos” una vez diagnosticados.
Por un lado, cuenta la autora, está a punto de graduarse como traductor de inglés “con un altísimo promedio, en un Instituto de Lenguas Vivas de Misiones, porque, por razones obvias, estudia a distancia”, a la vez que “desde hace unos meses trabaja como personal bilingüe en una plataforma extranjera”. Por el otro, “no tiene amigos, no se relaciona con nadie, es un excéntrico que lleva una vida absolutamente solitaria”.
En este sentido, para la autora “el lazo con la madre es el principal” en casos como el que narra en el ensayo, “más allá del padre, de los hermanos, de los abuelos… el vínculo con la madre es el más contundente, es el que está siempre señalado, el que carga con la parte más crítica”.
“El libro está escrito a modo de pretendida ‘conversación’. Yo soy su madre y le estoy contando a él lo que pasó”, concluye.
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