El escritor tanzano Abdulrazak Gurnah confesó que cuando lo llamaron para avisarle que había ganado el Nobel de Literatura pensó que era “una broma” porque se trata de “un premio tan grande”, al tiempo que describió la actitud de los estados europeos frente a los refugiados como “una especie de avaricia” y convocó a reflexionar sobre todo lo que esas personas tienen para dar.
“Hola ¿estoy hablando con Abdulrazak Gurnah?”, preguntó Adam Smith de la Academia Sueca. “Sí, soy yo ¿quién es? Estoy viendo el anuncio en mi computadora ¿quién eres por favor”?, respondió el escritor tanzano. “Mi nombre es Adam Smith, llamo desde el sitio web del Premio Nobel. ¿Le importaría hablar o quiere ver el anuncio? No quiero interrumpir”. “Bueno dijo Gurnah-, está bien, entonces, ¿cómo quieres hacer esto? Porque no tiene sentido escuchar a los reporteros, porque estoy seguro de que los escucharé pronto”.
Así comenzó la conversación que la Academia Sueca compartió en su página web con las primeras declaraciones del flamante ganador, todavía algo incrédulo con la noticia de que haber sido elegido para llevarse el máximo galardón de las letras de todo el mundo: “Todavía lo estoy asimilando. Sí, bueno, supongo que es inevitable, es un premio tan grande, pero sí, es inevitable. Bien, está bien, estoy seguro de que puedo tomarlo con calma”.
El escritor contó que se había enterado de su premiación unos 10 o 15 minutos antes de esa llamada, cuando se comunicó con él Mats Malm, el secretario permanente de la Fundación Nobel: “Pensé que era una broma. Realmente lo hice. Porque, ya sabes, estas cosas suelen flotar semanas antes, o a veces meses antes, sobre quiénes son los candidatos, por así decirlo, así que no es algo que estuviera en mi mente en absoluto”:
Mientras el teléfono sonaba con una de esas llamadas de reporteros que Gurnah anticipaba al comienzo de la conversación, el escritor trató de responder rápidamente a la pregunta del miembro de la Academia Sueca sobre “la división de culturas”, ya que el jurado lo eligió “por su penetración compasiva e intransigente de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados en la brecha entre culturas y continentes”.
Foto: AFP
Sobre ese tema, el escritor respondió: “No veo que estas divisiones sean, ya sabes, permanentes o de alguna manera insuperables o algo por el estilo. La personas se han estado moviendo por todo el mundo desde siempre. Creo que este fenómeno de personas particularmente de África que vienen a Europa es relativamente nuevo”.
También señaló la dificultad de los estados europeos para aceptar este fenómeno como “una especie de avaricia, como si no hubiera suficiente para todos. Cuando muchas de estas personas que vienen, salen de la primera necesidad, y llegan con algo para dar. Ellos no vienen con las manos vacías. Muchas son personas talentosas y enérgicas, que tienen algo para dar. Así que esa podría ser otra forma de pensarlo”.
En su opinión, declaró, ese cambio de perspectiva implica no sólo pensar en personas afectadas por “la pobreza” o que “estás dando socorro a personas que necesitan” sino en personas que “pueden contribuir con algo”.