3 de Mayo – Día Mundial de la Libertad de Prensa: En Democracia

Por Círculo de Periodistas de la Provincia de Buenos Aires

En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el Círculo de Periodistas de la provincia de Buenos Aires invita a sus afiliados y a la sociedad en general a reflexionar acerca de la importancia del valor del trabajo periodístico en la cotidiana custodia de los valores, principios y normas que rigen la vida de una democracia republicana.

La vuelta a la Democracia en 1983 trajo consigo un compromiso validado, no sin valentía, por toda la sociedad argentina: la convicción de que para defender los valores democráticos resulta imprescindible la libertad. Cada uno de los habitantes de este suelo, desde su espacio y sin egoísmos particulares, aceptó esa innegociable premisa ciudadana de vivir y crecer en libertad.

Desde aquellos tiempos a este, los argentinos hemos procurado estar a la altura de las circunstancias cívicas que tan alta responsabilidad implicaba e implica. Con más y con menos, el periodismo también alió su tarea a ese desafío.

El paso del tiempo abrió una herida entre la prensa y el poder político que, parece, menos que curarse, profundizar su daño en el cuerpo social. En la vida democrática, los gobiernos y los periodistas, desde siempre, han convivido en acuerdos y disputas propias del fundamento e incumbencia profesional de cada una de las partes.

Está bien que esto ocurra: ese mecanismo de observación, análisis y crítica constituye un consenso esencial para la convivencia democrática entre la prensa y el poder.

Sin embargo, una escalada, ya no de debate público, sino de descalificaciones tan injuriosas como injustas parten desde lo más encumbrado del poder político. En ese avance, la sociedad fue testigo de ataques físicos a colegas, tanto en el cumplimiento de su tarea de informar, como también cuando se manifestaron socialmente, a la par de un sector de la ciudanía. Así vuela cada vez más cerca de las cabezas de las y los periodistas y coloca en riesgo, precisamente, la imprescindible Libertad de Prensa. Con ella, no solo el periodismo, sino la sociedad argentina define su compromiso democrático.

No vamos a rasgarnos las vestiduras. Un debate sobre los modos de relación entre la prensa y el poder político es impostergable. Impregnado de vicios está ese vínculo. Pero las consecuencias de tales imposturas éticas son todavía plausibles de solución. Todavía.

El mal periodismo es ofensivo a la inteligencia social; el cercenamiento de la libertad de prensa con persecuciones, amenazas e insultos, también. El daño, en cualquiera de los casos, no va en sola dirección del Periodismo, sino que afecta gravemente a la práctica de la libertad informativa y por ende, a la vida democrática.

La Libertad de Prensa es de imposible ejecución con un fantasma montado sobre la espada del Periodismo.

Por eso, en procura de establecer pautas indispensables para continuar el sinuoso, pero inquebrantable compromiso que debemos a la sociedad y al resguardo de nuestra vida democrática es que este Círculo de Periodistas considera necesario recuperar los valores que guían esta profesión.

La búsqueda de la verdad es el espíritu que, como insumo vital, debe impulsar la práctica del Periodismo. Para alcanzar ese desafío miles de jóvenes, en todos los rincones del país, muchas veces sin más material y apoyo que su sola vocación de servir a la comunidad, buscan la verdad, lo intentan con noble esfuerzo. No merecen esos motes amenazantes que con frecuencia progresiva abundan desde el poder político.

Al revés, son sus voces inspiradoras las que obligan a renovar el respeto por la Libertad de Prensa, con un esperanzado objetivo: la plena vigencia de la vida democrática y su futuro en nuestro querido país. Sea ese, siempre, un principio irrenunciable.