Las aves marinas, que fueron rescatadas en los últimos meses, presentaban al momento de su rescate, cuadros de distinta gravedad, según el caso: desnutrición, deshidratación, anemia, alta carga parasitaria e hipotermia, entre otras enfermedades.
Según consigna Opinión de la Costa, en el caso de los pingüinos hallados en Villa Gesell fueron inicialmente asistidos por la Asociación de Naturalistas Geselinos, mientras que los encontrados en Pinamar y Valeria del Mar, recibieron los primeros auxilios de parte de la Fundación Ecológica Pinamar. Ambas instituciones trabajan de manera cooperativa junto con la Fundación Mundo Marino. El resto de las aves fueron asistidas por la institución san clementina luego del llamado de turistas que se encontraron con los animales en playa.
“Estos animales pasan gran parte de su vida en el agua buscando alimento, por lo que no es un buen síntoma que aparezcan solos en nuestras playas. Lo que vemos es que año tras año aparecen desnutridos, anémicos y con cuadros de hipotermia. Nuestros colegas brasileños lo denominan “síndrome del pingüino varado”.
Por algún motivo, en su periplo migratorio no están encontrando suficiente alimento y salen famélicos a nuestras costas. Sin asistencia, difícilmente sobrevivan”, explica Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino.
“Los pingüinos no se hidratan a través del agua de manera directa, sino a través del alimento sólido que ingieren. Por lo que ante la falta de alimento, comienza un proceso de deshidratación. Por eso, el tratamiento consistió en primera instancia en hidratarlos con agua y un complejo vitamínico. Luego, progresivamente se les ofrece una fórmula líquida con pescado, hasta que finalmente toleran de buena manera pescado cortado o entero”, explicó Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino.
Tratamiento
Por otra parte, en el caso de estos animales, se los desparasitó y se les tomaron muestras de sangre a su ingreso y antes de darles el alta veterinaria que los habilita a integrar un grupo de individuos a ser reinsertados. Estas aves marinas tienen un comportamiento gregario y no pueden reinsertarse de manera individual, por lo que es necesario aguardar a que se conforme un grupo con una cantidad mínima de individuos.
“Esta reinserción no hubiese sido posible sin el compromiso de la Fundación Ecológica Pinamar, la Asociación de Naturalistas Geselinos, la Fundación Verdemar de Villa Gesell, guardaparques del OPDS y tantas otras instituciones con quienes compartimos conocimientos y experiencias”, agradeció Sergio Rodríguez Heredia.
Dónde habitan
Esta especie, que según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentra en estado de “preocupación menor”, se distribuye a lo largo de todo el litoral Sudamericano, tanto en nuestra Patagonia argentina, como en el sur de Chile. En nuestro país se distribuyen desde Península Valdés, en Chubut, hasta la Isla Martillo, Isla de los Estados e Islas Malvinas, en Tierra del Fuego.
Ciclo de reproducción
Su ciclo de reproducción se lleva a cabo entre septiembre y marzo. Luego de esa etapa mudan su plumaje e inician su viaje migratorio entre fines de marzo y principios de abril, el cual puede llegar hasta la latitud de Río de Janeiro. Durante ese viaje anual de alrededor de 6 meses pueden recorrer un total de 5000 kilómetros. En cuanto a su alimentación su dieta se compone de peces como anchoitas, sardinas y merluzas; moluscos, como calamares, y crustáceos, como el langostino.
Viaje migratorio
El viaje migratorio se relaciona con el movimiento estacional que realiza la anchoita, una de sus principales presas, que durante nuestro invierno, luego de haber migrado desde nuestra Patagonia, desovan en las costas de Brasil.
Fuente InfoGEI.