Mirando la política por la ventana en camiseta: Mi reino por un caballo

Por Ricardo Jaén* –

Se acercan las elecciones en la Provincia de Buenos Aires y las elecciones nacionales de medio término, esta vez con distintas fechas pero que no logran disimular la esencia de lo que realmente está en juego: el liderazgo.

Hay presidente.

Hay gobernador.

Hay presidente del PJ.

Hay candidato de La Libertad Avanza en la provincia.

Hay presa una ex presidente.

Hay un ex presidente que ni partido vecinal tiene.

No hay liderazgo.

Un líder debe ser querido, respetado, exitoso, empático y generador de confianza.

Leonel Scaloni es, en el mundo del fútbol, el líder contemporáneo que mejor ejemplifica el concepto.

De continuar la baja de la inflación, la vuelta a cierta normalidad del comportamiento de las principales variables económicas, la suspensión de un despilfarro discrecional al menos en algunas áreas del estado, algún grado de desburocratización, más declamada que real, una proyección de explotación de nuevos recursos energéticos y una geopolítica favorable con su alineamiento con EEUU, posiblemente le permita a Javier Milei ganar elecciones, pero sigue estando muy lejos de convertirse en un líder.

Axel Kicillof administra la provincia cumpliendo con la medianía signada por la historia de los gobernadores de la misma que “los desgasta y los expone en sus ineficiencias” casi en forma pornográfica, una provincia que a todas luces es inviable por concentración demográfica y extensión de territorio con características que la política no ha sabido o no ha querido resolver. Tampoco es líder de su partido y parece estar condenado a “los caprichos de su mentora”.

CFK, aquella que “iba por todo”,  quedó reducida al barrio de Constitución con la adhesión entusiasta de los militantes de la agrupación que lidera su hijo o en un punto fijo eventual de protesta contra el gobierno, como si fuera un monolito o un monumento recordatorio. Ya no lidera pero puede hacer “mucho daño a los propios”.

El Ingeniero se ha resignado, sin importarle demasiado, a custodio de sus intereses empresariales, a una intensa vida social con preferencia fuera del país, mirando cada tanto al presidente con una mezcla de simpatía y odio. Hace mucho tiempo que dejó de ser líder y si aspira a algo eso está en el mundo del fútbol internacional.

Las próximas elecciones  sean, quizás por lo poco relevantes y faltantes de interés por parte de la población en general, según algunos estudios, lo que alguna vez Jorge Luis Borges mencionó en alguna frase como “… un abuso de la estadística” que no resolverá la más importante crisis de la política: la ausencia de liderazgo.

*Director Académico Cátedra Libre Mariano Moreno. UNLP.

@r_jaen  en X

@polijaen53  en Instagram

Te puede interesar: Mirando la política por la ventana en camiseta: ¿12 días?