
El observador errante –
Jamás será intención juzgar y/o cuestionar personas, ni conductas, simplemente las observo y me pregunto si nuestro “evolucionado” mundo tiene algún objetivo claro para el muy corto plazo (cincuenta años vista), el mediano y el largo.
Si lo que se desarrolla, evoluciona, crece y facilita, deberíamos tener respuestas que no tengo, ¿Cuál es el objetivo final? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué?.
Puedo afirmar con certeza que se va rápido y acelerando, lo cual puede ser bueno o malo.
Para un ejemplo y lugar común, subir a un Bugatti, ponerlo en una ruta y tratar de alcanzar su máxima velocidad o rendimiento, para saber si es bueno o malo lo que se hace, es imprescindible conocer acabadamente el camino y su final, porque aún alcanzando los parámetros ideales de la máquina, su comportamiento en condiciones de mínima, crucero y máxima dejan de tener valor si hay una pared inmensa, indestructible en el trayecto. El final será trágico y la experiencia fallida.
Hay una súper carrera en la ciencia médica para -no sólo tratar patologías- sino prolongar la expectativa de vida y la calidad de la misma, yo creo que exitosa por sí misma, pero acabada en su origen, porque a menos de medio siglo, con el aumento de la cantidad de habitantes y el aumento de la edad promedio, es a todas luces inviable.
Entonces en lugar de encontrar soluciones reales acordes al desarrollo del conocimiento y la ciencia, se produce una involución? Regresión? Hacia lo más perverso del ser humano, y se trata claramente de reducir drásticamente la población recurriendo a la eutanasia selectiva y al genocidio dirigido por el aborto como instrumento evitar el nacimiento de los no queridos.
El poderoso establisment recurre al facilismo de eliminar a quienes no tienen ni siquiera la posibilidad remota de defenderse, esto es, “facilitando la muerte de los viejos” y seleccionando cual deidades quién vive y quién es abortado; todo ello con la complicidad activa y pasiva de toda la sociedad, pues se recurre al aborto libre y “gratuito” (gratuito para los que abortan, pero pagados por todos los que pagamos impuestos aún estando en contra de esos abortos y eutanasias).
Desde la cúspide de los poderes se pregona la ciencia que aumenta las expectativas de vida y su calidad, y, como consecuencia aportamos cuantiosos recursos en verdaderas soluciones a las que jamás accederemos la mayoría de la población, porque los costos de esos medicamentos sólo están al alcance de unas relativamente poquísimas elites económicas.
Así planteada la cosa, todos financiamos la buena salud de los ricos y su buena vida, mientras tanto seguimos siendo víctimas inconsultas de sus “errores” y “accidentes” y de sus porfiadas poluciones ambientales. Esto en el mejor de los casos, porque hay zonas donde los seres mueren de hambre y sed a la vista de espectadores insensibles, que dicen horrorizarse, pero, se llenan sus bolsillos con el dinero que le otorga el privilegio de fotografiar o filmar las muertes evitables o no, pero no son más que negocios de presunto arte testimonial.
Desde luego hay muy pocas probabilidades de resistir a ésta demencial involución a la que nos llevan los poderes vendiéndonos todo, hasta “jueguitos” donde aprendemos a matarnos los unos a los otros desde el slogan de la virtualidad.
Debemos ser felices por tener un automóvil, una playstation, un TV con muchas aplicaciones y ciertas ropas y comidas gourmet; pero debemos permanecer callados por no acceder a ciertos medicamentos que curarían o reducirían nuestros padeceres.
Con las especializaciones cada vez sabemos más de menos y creo que ya estamos a punto de saber todo de nada.