
Por Ricardo Jaén* –
Como nuestro presidente recurre a una antojadiza analogía entre el bombardeo por parte de EEUU a las bases de enriquecimientode uranio de Iran con la bomba atómica de Hiroshima, a mí se me ocurre hacer otra, también con un episodio singular de la segunda guerra mundial.
En realidad una arriesgada pero no por ello factible hipótesis.
La llamaremos “un Pearl Harbor” en Medio Oriente.
Es aún materia de investigación, estudio y debate si el presidente Roosevelt no utilizó al Imperio Japonés para poder “saltar a la guerra europea de Hitler” con un razonable apoyo de su población.
Brevemente esta teoría supone que deliberadamente se acorraló económicamente al Japón al mismo tiempo que se buscó la caída del staff político profesional que aconsejaba al Emperador para favorecer a los sectores militaristas y guerreros del imperio.
Se buscaba que Japón atacara.
Al ser aliado de Alemania e Italia (el pacto de acero) era una forma de entrar a una guerra con la cual se había prometido electoralmente jamás involucrarse.
El ataque a la base naval del Pacífico por sorpresa, a pesar de la cantidad de documentación de inteligencia de la época que alertaba de la inminencia de acciones bélicas, habría sido “un objetivo deseado” por el propio gobierno.
En síntesis, se despertó en la población el espíritu guerrero, Hitler le facilita aún mas las cosas declarando la guerra y ese gran estratega de la política y líder, consigue su objetivo.
Sólo tres años y medio después lo corona.
Afortunadamente para todos nosotros.
Pues bien, en Medio Oriente la inteligencia israelí con fama de ser una de las más eficientes del mundo, en estos días se lo afirma continuamente, el 7 de octubre del 2023 es “sorprendido” por la organización terrorista Hamás, no precisamente la mas sofisticada ni armada de la región, en un ataque de tipo “muchedumbres desatadas” con acciones militares muy primitivas, donde no existían objetivos bélicos estratégicos sino asesinar, violar mujeres, secuestrar y cualquier otra atrocidad inimaginable con claro objetivo en la sociedad civil.
Un detalle no menor, es el tiempo que tardó en reaccionar el ejército para defender y reprimir el ataque cuando éste es también reconocido por lo versátil en la llamada “respuesta rápida”.
La resultante: Netanyahu a punto de caer en su gobierno y con grandes posibilidades de terminar en la cárcel por corrupción pasa a ser el hombre encargado de reparar el sentido de seguridad que su población había perdido y vengar.
Como en el caso de Pear Harbor: miedo por vulnerabilidad en territorio propio y sentimientos de “exterminar” al enemigo.
¿Habra sido este el primer escalón para un poco más de un año y medio despues poder llegar a las centrales nucleares de Iran?
Ante la atenta mirada de Arabia Saudita y Los Emiratos Árabes Unidos, con un Trump dándole el marco histriónico a la crisis, la complicidad silenciosa de Putin y de China, se ha cerrado este nuevo capítulo de esta interminable guerra territorial/religiosa que desde el siglo XX tiene un penetrante olor a petróleo.
*Director Académico Cátedra Libre Mariano Moreno. UNLP.
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