El Altar Mayor de la Catedral de La Plata, se vistió de gala para recibir al prestigioso Coro Polifónico Nacional de Ciegos, que se hizo presente el último domingo 13 de noviembre, en el marco del llamado Concierto Coral por la Identidad e Inclusión Cultural, que promueve la Asociación Civil 440.
Este evento singular que forma parte del CIRCUITO CORAL PLATENSE, programa de difusión de la actividad coral que creara dicha asociación, contó además con la participación especial del Coro Lírico Va, Pensiero de La Plata, quienes oficiaron de anfitriones de tan importante encuentro y que promueven a través del canto coral, la difusión de los valores de la cultura italiana.
“Es de suma importancia recibir en la ciudad Capital Provincial del Canto Coral a los referentes más destacados de la actividad coral nacional al servicio de la comunidad, que contribuye a la jerarquización cultural local mediante la integración e inclusión de sus principales referentes” destacaron desde la organización.
El Coro Polifónico Nacional de Ciegos bajo la dirección del Maestro Osvaldo Manzanelli, dependiente del Estado Nacional, fue fundado en 1947, y desde entonces desarrollan una intensa actividad coral y sinfónica coral académica de jerarquía, habiendo recorrido todo el territorio nacional y visitado los países limítrofes con una propuesta integradora y superadora, siendo una formación profesional que alberga las más destacadas voces de personas no videntes, como muestra de una inclusión cultural sin precedentes.
En el mismo sentido, la propuesta del Coro Lírico Va, Pensiero fundado en 2008 y conducido en la actualidad por el Maestro Raúl Salvatierra, acompañado al piano por el Maestro Andrés Peláez y la coordinación artística de Susana Paladino, reflejan su identidad cultural a través de la Asociación para la Difusión de la Cultura Italiana con el objetivo principal de dar a conocer los compositores de la ópera italiana, propiciando un ámbito de integración de italianos, sus descendientes y ciudadanos en general.
En ambos casos se resaltan las manifestaciones artísticas grupales en general, que funcionan como pequeñas sociedades fundadas en su origen con perfiles distintos, pero que en el fondo persiguen un fin común: formar parte de un colectivo socio-cultural en el que se sientan incluidos todos sus miembros, realizando acciones que los tenga como protagonistas, y trabajando en conjunto para concretar sus proyectos.
Esta identidad e inclusión cultural que proyectan ambos grupos, no son más que deberes cívicos y artísticos, nobles y decentes, que reflejan la resistencia cultural de los pueblos en tiempos de crisis, como los que estamos atravesando en la actualidad.
“Consideramos que poner en agenda tanto oficial como privada la problemática de la precariedad cultural existente en la sociedad, es afirmar lo que sucede en forma natural, ya que notamos como la gente se apodera del hecho cultural hasta convertirlo en un movimiento artístico, es decir que es responsabilidad del Estado acompañar dicho proceso, sosteniéndolo en el tiempo con la ayuda de la sociedad a través de las instituciones civiles, como en esta oportunidad. Por tal motivo es imperiosa la necesidad de proteger los hechos culturales arraigados en los procesos sociales, ya que toda manifestación humana que perdure en el tiempo es concebido universalmente como un hecho cultural, como lo es la actividad coral” resalta Raúl Salvatierra, referente de la Asociación Civil 440, organizadores del evento.