
La historia de un principito que vivía en su planeta con una rosa y algunos volcanes es tan maravillosa como la propia vida de su autor, Saint Exupéri, que nació un 29 de junio del año 1900.
La astronomía le ha rendido varios homenajes a “El Principito”.
Un asteroide descubierto en 1975 fue nombrado 2578 Saint-Exupéry, en honor al escritor.
Un asteroide descubierto en 1993 fue nombrado 46610 Bésixdouze. Traducido al español, sería B-seis-doce, en honor al asteroide B-612, donde vivía el Principito.
Su vida fue fantástica y está ligada a nuestro país porque vivió en Concordia, provincia de Entre Ríos. Pero en Buenos Aires conoció a quien sería su esposa, la salvadoreña Consuelo Suncín. Según se cree es la rosa que Saint-Exupéry relata en el libro “El Principito”.
Saint-Exupéry en nuestro país se vinculó a la creación de una empresa llamada Aéropostale, donde tuvo la misión de organizar la red de América, que fue pionera en la aviación.
Saint-Exupéry solía volar la ruta Toulouse – Dakar. Ese hecho hizo que en muchas ocasiones, por ese motivo el piloto debió negociar con fuerzas marroquíes por su vida, ya que en muchas oportunidades habían tomado a aviadores, caídos como prisioneros. Gracias a esta labor, el gobierno francés le condecoró con la medalla de la Legión de Honor.
Saint-Exupéry inició su carrera como escritor el año que fue enviado a Argentina. Su primer novela corta se tituló “El Aviador” y fue publicada en una revista literaria. Alcanzó el reconocimiento público en 1931, cuando escribió “Vuelo nocturno”, donde plasmó sus experiencia como piloto y directo de la aerolínea argentina.
Durante su vida, el piloto francés se estrelló en numerosas ocasiones. Pero un accidente que lo obligo a aterrizar de emergencia en el desierto del Sahara le sirvió como inspiración para “Tierra de Hombres”, un libro biográfico publicado en febrero de 1939. Quizás el episodio del desierto también sea un punto de partida de “El Principito”.
Saint-Exupéry desapareció el 31 de julio de 1944 durante una misión de reconocimiento. Nunca se supo el paradero del piloto. Varios días después, un cuerpo con un traje de la Fuerza Aérea de Francia fue hallado al sur de Marsella. Se presumió que era del escritor y se enterró en septiembre. Durante más de 50 años, la muerte de Saint-Exupéry fue uno de los grandes misterios del mundo literario.
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