En Sierra Chica programa Pabellones Literarios de la Libertad

En el marco de las actividades culturales que se desarrollan en las cárceles bonaerenses, 120 personas privadas de libertad se sumaron en las últimas horas al Programa Pabellones Literarios para la Libertad.

Se trata de 40 internos de la Unidad 27 y 80 de la Unidad 38, ambas de Sierra Chica y dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense, por lo que ahora son más de 5.500 las personas privadas de libertad que participan del programa cultural que impulsa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.

En la Unidad 27 se sumaron 40 internos del pabellón 5 y en la Unidad 38, 80 del pabellón 12, y el lanzamiento sucedió el pasado miércoles con eventos que contaron con la presencia de las autoridades de cada una de las dependencias carcelarias junto a la asesora del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Julia Lescano, la Jefa del Departamento Cultura del SPB, Gabriela Ríos y el juez de Lomas de Zamora, Roberto Conti.

Cabe destacar que el Programa Pabellones Literarios para la Libertad cuenta con el aval de una resolución rubricada por Julio Alak, el ministro de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.

En la actualidad el Programa funciona en 93 pabellones de 49 Unidades Penitenciarias, con 5.537 personas privadas de libertad participantes, entre ellas 341 mujeres.

“Los nadies”, es el nombre que eligieron los 40 internos que habitan el Pabellón literario de la Unidad 27 en mención al poema de Eduardo Galeano. En la inauguración que allí se realizó, recibieron a Lescano y a Ríos la directora de dependencia, Evangelina Zalazar, los subdirectores de Asistencia y Tratamiento y de Seguridad, Gastón Larretape y José Capiello, la delegada de Educación, Cultura y Deporte, Priscila Nieva junto al personal del área y de los distintos sectores de la cárcel.

En primer lugar, Ariel, que es alumno del taller de guitarra, interpretó el Himno Nacional y luego el capellán del establecimiento, padre José Quatrocchio, bendijo las instalaciones donde funcionará el nuevo espacio.
Lescano destacó el trabajo de los agentes penitenciarios: “Hay muchas formas de cumplir con una tarea que no es encomendada. Lo que veo acá es compromiso, el personal trabaja duro para que cada uno de ustedes vuelva a la vida en sociedad para no volver, para lograrlo hay que tener un proyecto que depende del conocimiento, de los saberes que los empoderan y esto lo da el mundo literario”.

En tanto, Larretape se dirigió a los internos para destacar el valor del evento: “Es importante que aprovechen esta herramienta para que se puedan nutrir, adquieran nuevos valores y se puedan fortalecer. Cuando llegan a esta Unidad están a un paso de salir en libertad y qué mejor que salir en libertad con herramientas, con recursos que les permitan ser referentes en sus familias y también que lo hagan acá adentro, para que este programa se pueda replicar en otros pabellones, que otros internos quieran venir a buscar un libro y que ustedes los puedan aconsejar”.

La directora de la Unidad también valorizó el trabajo de su personal para llevar adelante un proyecto de calidad “todos trabajamos para lograr brindarles este espacio, el conocimiento es poder y a ese poder hay que saber usarlo, esto los va a posicionar como referentes en la familia, podemos decir que es una oportunidad única de cambio”.

Por otra parte, en la Unidad 38, acompañados por el Director de la cárcel, Guillermo Deandreis y los subdirectores de Seguridad, Asistencia y Tratamiento y Administración: Gastón Soliban, Gabriel Suárez y Lucrecia Larroca, recibieron a la comitiva en el pabellón 12.

Al desarrollar los objetivos de los Pabellones Literarios para la Libertad, Gabriela Ríos mencionó que “cuando forman parte del Programa en una Unidad, al ser trasladados también deben ir a un pabellón literario, por eso en cada Unidad de la Provincia debe haber un pabellón literario que los reciba. La finalidad es que circule la palabra para que podamos resolver nuestras diferencias hablando, este Programa es una invitación a un estilo de vida alejado de la violencia, por eso van a permanecer en el programa las personas que puedan ajustarse a esta norma. Por otra parte, también nos permite acercarnos a las personas que no saben leer ni escribir y poder ayudarlos en su proceso de aprendizaje”.