Edulp presenta dos libros que se complementan, interactúan y reconstruyen los años 90

El arte actúa como transformador social, el factor necesario para inmortalizar no sólo los hechos sucedidos en nuestra historia reciente sino también, para reconocer a los protagonistas, en este caso, de aquellos años 90 que constituyeron el campo del arte argentino como hoy lo conocemos.

Edulp presenta dos libros que se complementan, interactúan y reconstruyen esos años.

El vih Sida y la hiperinflación convergieron con ese arte sensible, fundamental en el relato de nuestro pasado para construir el presente. “Se creaba con intensidad, mientras se despedían amigos y amantes. La belleza se mezcló con la muerte”, aseguró Francisco Lemus, historiador de arte y compilador del libro Imágenes seropositivas. Prácticas artísticas y narrativas sobre el vih en los años 80 y 90.

“En Latinoamérica, las agendas del activismo gay se reorganizaron con el fin de combatir la discriminación, asegurar la investigación y el acceso a la salud y, posteriormente, garantizar el cóctel de medicamentos que hizo del virus una enfermedad crónica” reflexionó Lemus en la introducción de su libro.

Por su parte, Mariana Cerviño, autora de La revolución rosa light Arte, sexualidad y clase en el Rojas de la posdictadura señala en su relato  la excepcionalidad del fenómeno artístico surgido en torno a la Sala del Rojas, la usina de gestión cultural y experimentación artística de la Universidad de Buenos Aires que abrió sus puertas en 1984. “La emergencia del Rojas en el campo artístico de la posdictadura hizo envejecer prematuramente a los llamados artistas de los ochenta”.

En la línea que guía la publicación, Cerviño destacó que “la etiqueta “rosa light”, lanzada en plena batalla intelectual, designa prácticas y representaciones muy distintas. Pero lo que coloco bajo análisis es lo que efectivamente hay de homogéneo en esa designación, es decir, el costado verdadero de esa lanza que se arrojaba desde quienes vivieron la mera existencia del grupo de artistas del Rojas como una ofensa”.

Ambas experiencias intentan dar luz a distintos escenarios, sin estigmatizar aquellos años que generaron debates y posiciones opuestas. La belleza se mezcló con la muerte, con contextos hostiles, con cuestiones de género a través de la expresión de obras disímiles entre sí, pero imprescindibles para reconstruir una parte del perfil de una sociedad marcada por los prejuicios, una lucha social que aún tiene muchas batallas por librar.