
Acá estamos, en Brasil, más precisamente en Florianópolis, recorriendo la isla y sus playas maravillosas, con poco sol, muchos días nublados y algunas lluvias, pero se disfruta, se puede ir a la playa igual porque la temperatura no es baja y con solo contemplar el paisaje ya es suficiente para nosotros.
Todos los días hacemos actividad física, salimos a caminar, andar en bici y Hugo también agarra el bote y sale a remar. A Bianca le encanta dar paseos por la playa y después se duerme largas siestas y algunas veces nosotros para que no se sienta sola, también.
La isla tiene muchas playas bonitas, pero nosotros tenemos nuestras preferidas, Canasvieiras, Punta dos Canas y Daniela.
En otras playas es difícil para nosotros estacionar el vehículo y algunos sitios no aceptan mascotas y obvio que a esas no vamos.
El otro día por distintas personas que se comunicaron a En Provincia, nos hicieron preguntas y una de ellas fue como era nuestra convivencia viajando, entonces les voy a contar.
Hugo y yo convivimos hace 15 años y a los dos nos gusta esta vida de vivir viajando, esto, aunque parezcan una obviedad, es lo más importante a la hora de emprender esta aventura.
La convivencia es como cuando estamos en nuestra casa sin ruedas, con la diferencia que acá estamos casi 24 hs juntos, digo casi porque tenemos y respetamos los tiempos de cada uno, nuestra actividad diaria la hacemos solos, cada uno sale cuando quiere y el tiempo que desee, tenemos nuestros momentos en silencio y otros de charla o escuchar música.
Hemos aprendido a lo largo de estos años viajando que cualquier dificultad o discusión que genere malestar entre nosotros hay que hablarlo y solucionarlo en el momento.
Así es como todo se hace más fácil, siempre son cosas superficiales y lógicas de estar casi todo el día juntos y muchas veces, solo porque ese día estás de mal humor y, entonces, en ese caso el otro trata de respetar y así se pasa y continuamos disfrutando de estar los tres juntos que es lo que realmente queremos. Es aprender día a día y trabajarlo como cualquier pareja en cualquier lugar del mundo.
Otra pregunta fue si extrañamos, es muy amplia, yo diría inmediatamente que SI , pero.. ¿qué es lo que se extraña? Extrañamos nuestros hijos, nuestras familias, amigos, yo extraño a mí mamá y se que ella me extraña también, pero a su vez estamos todos comunicados, eso ahora con internet está solucionado y saber que todos están bien y que ellos están felices de vernos hacer lo que nos gusta hace que los extrañemos menos.
Hugo con la diferencia que tiene sus dos nietas, Catalina y Gaia, que se extrañan más que a nada en el mundo. Con ellas hacemos videollamadas y así las sentimos más cerca y vemos sus caritas.
Nuestra casa sin ruedas y nuestra Gata quedó al cuidado de mí sobrina Lara y Agustín y eso nos deja más que tranquilos.
Cuando uno decide viajar por largo tiempo o vivir viajando, lo primero que debemos perder es el miedo, Miedo a que pueda pasar algo malo y no estemos, miedo a dejar nuestras cosas materiales, miedo a que nos pase algo, etc. Romper con el mandato que solo puede viajar el que le sobra la plata, Dejar atrás todo tipo de excusas que podemos llegar a poner y ahí comenzar a escucharnos, ¿qué es lo que realmente nos hace felices?
Desde que adoptamos está forma de vida perdí la cuenta de cuánta gente nos dice ¡¡Que lindo!! ¡¡Cómo me gustaría a mí hacer lo ustedes hacen!!! Y nuestra respuesta siempre es ¡¡Hacelo!! Buscá el momento y hacelo,
No pongas excusas, la casa, la familia, los amigos van a estar ahí para cuando quieras volver. Viajar te deja vivencias y anécdotas increíbles que luego compartimos al volver con toda nuestra familia y amigos , dale, anímate.
Seguí todos los sábados En Provincia esta aventura de Bianca, Fabiana, y Hugo.
Podes escribirles en: contacto@enprovincia.com.ar
Fotografías: Fabiana Dirazar Vecchio
Corolario de los diarios de viaje:
Diario de un viaje: la aventura de cruzar fronteras
Diario de un viaje: la amistad y la solidaridad en el andar