
Clara Immerwahr fue una destacada química alemana nacida el 21 de junio de 1870 en Polkendorf, Prusia. Fue la primera mujer en obtener un doctorado en química en la Universidad de Breslavia en 1900, un logro impresionante en una época en la que las mujeres enfrentaban enormes barreras para acceder a la educación superior.
Se casó con Fritz Haber, un químico conocido por desarrollar el proceso Haber-Bosch para la síntesis de amoníaco, pero también por su papel en la creación de armas químicas durante la Primera Guerra Mundial. Clara, profundamente comprometida con la ética científica, se opuso firmemente al uso de la ciencia para la guerra, lo que generó tensiones en su matrimonio.
En un acto de protesta y desesperación, Clara se quitó la vida el 2 de mayo de 1915, utilizando la pistola de su esposo. Su trágica muerte simboliza su rechazo a la militarización de la ciencia y ha sido recordada como un llamado a la reflexión sobre la responsabilidad ética en la investigación científica.
Clara Immerwahr es un símbolo de lucha ética en la ciencia, particularmente en un período turbulento de la historia. A comienzos del siglo XX, el mundo atravesaba una rápida industrialización y un avance científico sin precedentes. Sin embargo, estos progresos también se utilizaron para fines militares durante la Primera Guerra Mundial, como lo hizo Fritz Haber con la guerra química.
Clara defendía una visión humanista de la ciencia, creyendo firmemente que el conocimiento debía utilizarse para mejorar la vida humana, no para destruirla. Su oposición a las aplicaciones bélicas de la química la colocó en una posición de conflicto, no solo con su esposo, sino con un sistema que priorizaba los logros militares por encima de los éticos.
Aunque en su época su postura fue ignorada, hoy se la recuerda como una precursora del movimiento por la ética científica. Su historia inspira debates sobre el papel de la ciencia y los científicos frente a los dilemas morales y éticos.
Fotografía: Archivo web.