
Un agujero negro se produce cuando una estrella moribunda, que ha agotado su combustible por completo, colapsa hasta que su campo gravitacional se vuelve tan poderoso que ni la materia ni la luz podrán escapar.
El resultado es un agujero negro, una singularidad o punto de volumen cero y densidad infinita escondido tras un horizonte de eventos.
Los agujeros negros se originan cuando una estrella masiva colapsa. Pero algunos agujeros negros, aparentemente, tienen orígenes no estelares. Varios astrónomos han especulado que grandes volúmenes de gas interestelar se acumulan y colapsan en agujeros negros supermasivos en los centros de cuásares y galaxias.
Se estima que una masa de gas que cae rápidamente en un agujero negro emite más de 100 veces la energía que libera la misma cantidad de masa a través de fusión nuclear. En consecuencia, el colapso de millones o miles de millones de masas solares de gas interestelar bajo la fuerza gravitacional en un gran agujero negro explicaría la enorme producción de energía de los cuásares y ciertos sistemas galácticos.